La brecha digital no es saludable
Niñas y mujeres son minoría en programación aunque superan y reducen la distancia con los hombres como usuarias de TIC.
LEÓN
La brecha digital entre hombres y mujeres disminuye de año en año si se miran las cifras de usuarios y usuarias. Incluso hay casos, como el uso del teléfono móvil, en los que las mujeres superan a los hombres.
La última encuesta sobre equipamiento y uso de las nuevas tecnologías de información y comunicación en los hogares en 2013 elaborada por el Instituto Nacional de Estadística desvela que el 95,4% de las personas del sexo femenino utilizaron dispositivos móviles en los últimos tres meses, frente al 91,1% de los hombres.
En el uso del ordenador las mujeres van tres puntos detrás pues la encuesta arroja que el 66,2% de los hombres utilizaron este dispositivo al menos una vez por semana en los últimos tres meses frente a un 63% de mujeres. En cuanto al uso de Internet, la distancia también se acorta con un 71,9% de uso entre los hombres y un 71.4% entre las mujeres.
Entre los niños y las niñas la brecha digital de género habría desaparecido y ya son las niñas las que superan a los niños en el uso de Internet, de ordenadores y de teléfonos móviles. En el tramo de edad de 10 a 15 años, la misma encuesta del INE indica que el 98,5% de las niñas y el 97,8% de los niños usaron ordenador en los últimos tres meses y el 96,9% de las niñas y el 91,9% de los niños usaron Internet. Por último, el 79,4% de las niñas y el 78,6% de los niños de esta edad tienen teléfono móvil.
Pero las optimistas cifras que las mujeres y las niñas arrojan como usuarias de este tipo de nuevas tecnologías no se corresponden en absoluto con la presencia de mujeres en el ámbito de la programación informática, en el que tan solo una de cada tres personas son mujeres.
En Estados Unidos el 26% de los trabajadores en computación y matemáticas son mujeres. Y en el ámbito de las inversiones en este sector, sólo el 11%.
Esther Dyson, una estrella de Sillycom Valley conocida como la «visionaria digital», lo dice con sus palabras: «Hay un montón de mujeres», afirma, describiendo a sus colegas en el campo. «Pero ninguna de nosotras es Bill Gates».
Ella invierte en estas compañías starup o de arranque y su último esfuerzo se centra en ayudar a las mujeres, y también a los hombres, a vivir de forma más saludable. Su meta, dice, no es curar el cáncer, sino fomentar la salud para que a la gente no sufra la enfermedad.
Las diferencias de género al igual que el acceso a la educación y a la información son factores que afectan a la salud según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En la Fundación de Familias Monoparentales Isadora Duncan, entidad que participa en Naciones Unidas como asesora, han llegado a la conclusión que impulsar la igualdad desde la infancia pasa por un trato igualitario, el uso del doble género en el lenguaje y el intercambio de roles, pero también por el fomento de las actividades científicas, artísticas y de tecnología entre niños y niñas.
La ludoteca igualitaria que organiza esta fundación durante el mes de julio desde los años 90 cuenta este año con un abanico importante de actividades relacionadas con la ciencia, el arte y la tecnología y, particularmente, la robótica que protagonizará la próxima revolución en los años 20, explica su coordinadora Judit Diez Guerra.
La brecha digital, asegura Tomás García, se ve a la hora de elegir las profesiones. «Actualmente las chicas se siguen decantando más por las profesiones relacionadas con los cuidados que por ingenierías», apunta.
El campamento contará con un apartado específico dedicado a ensamblaje de robots, actividad en la que no es tan importante el montaje de las piezas como «exprimirse la cabeza para programar acciones», añade. Natalia Castro, de Acción para el Cambio y miembro de La Colaborativa, les acercará a las figuras científicas y a la ciencia.