Diario de León

CESÁREO FERNÁNDEZ. Psicólogo industrial y clínico y director de Cidecot

«Todo lo que no se construya sobre la participación se desmoronará»

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Cesáreo Fernández salió de su tierra, La Vecilla, hace casi treinta años con una idea en la cabeza: formarse para ayudar a su tierra a aprovechar sus recursos. Era delegado sindical del Icona y empezaba a hablarse de proyectos de desarrollo en la montaña. «La montaña de León era una zona piloto y yo veía que se perdían oportunidades», comenta.

Fue así como tras licenciarse en Psicología Industrial se convirtió en gestor de proyectos de salud comunitaria y se especializó en trabajos en red y en el ámbito de la salud mental. Durante siete años participó como visitante en la Universidad de Kansas, que se considera, asegura, «el centro más cualificado en formación y asistencia técnica en materia de desarrollo sostenible y salud».

Ahora trae su experiencia y su fortuna personal a León, donde invierte más de medio millón de euros en el proyecto Vadinia de desarrollo comunitario.

—¿En qué consiste este proyecto?

—Es un proyecto amplio basado en la implicación de los ciudadanos para desarrollar un modelo de salud pública desde la base. En la montaña leonesa hay una desesperanza aprendida, con la idea extendida de que ningún paso te va a llevar a ninguna parte.

—¿Cómo y cuándo se pone en marcha?

—Desde el 2006 lleva gestándose. Empecé a ver movimientos precursores, una especie de reacción en temas como la oposición a la Sama-Velilla y más recientemente en la defensa de las juntas vecinales. Un cierto clima favorable y con posibilidades de éxito. En 2011 empecé a tomar contacto con el grupo de acción local Montaña de Riaño y en 2012 con Cuatro Valles. El proyecto es complejo. Se trata de conectar personas, ideas y recursos de la montaña para que la gente identifique el futuro deseado. La metodología es la Caja de Herramientas comunitaria que ya se está traduciendo al árabe, al chino y al francés.

—¿Y qué aporta esa metodología?

—Es la investigación desde la acción participativa de la comunidad. Se investigan varios componentes: 1) Las tendencias locales, regionales y globales en materia de desarrollo sostenible; 2) una base de datos de buenas prácticas o experiencias prometedoras, todo lo que funciona en desarrollo sostenible y salud comunitaria; 3) variables de riesgo o medidores de éxito; 4) actitudes, expectativas, motivación de la gente para el cambio y 5) una encuesta de 5 minutos a montañeses y montañesas que hablan del potencial de la montaña para salir adelante, los sectores a incidir, las influencias y la importancia personal que atribuyen al hecho de unirse en lo común aunque cada cual tenga sus visiones particulares o sus negocios.

—¿Qué resultados ha desvelado esa encuesta?

—Más de 300 personas han contestado y las claves son que dan una importancia elevada o máxima a compartir ese escenario de futuro, quieren que se les tenga en cuenta para tomar decisiones y están en disposición de contribuir personalmente con su esfuerzo. Pero también existe un pesimismo, piensan que se va a ir a peor en aspectos educativos y económicos aunque no tanto en medio ambiente. Tienen claramente identificados los recursos de la montaña (agricultura, ganadería y turismo) y han empezado a identificar las fuerzas que están influyendo, tal y como hemos visto en las dos hacenderas. Recuerdo que una persona definió definió como espejismo en la montaña un proyeto basado en el desarrollo económico sin tener en cuenta el desarrollo del capital humano y social.

—Todo esto lo hace a través de una sociedad de la cual usted es el único administrador. ¿Cómo se sostiene Cidecot?

—Con mis propios recursos económicos. No estoy vinculado a intereses partidistas o económicos y esta es la única actividad que desarrollo en Castilla y León, pero tenemos otras actividades en diversos países europeos y en América.

—¿Y su meta es?

—Mi opinión es la de la gente. Hoy en día la colectividad demanda lugares como la montaña de León y sin embargo es una gran desconocida. He tenido que decir muchas veces que no soy de Lyon (Francia) o de León (México). La gente no sabe lo que hay en la montaña.

—Pero tendrá unos planes...

—El primer ciclo se centra en capacitar a las comunidades para prepararse a promover su desarrollo conectando personas, ideas, recursos. En doce meses habrá un plan de desarrollo que se ajustará año tras año para compartir en todos los lugares donde se capte apoyo social o/y económico. Competir significa gestionar bien los recursos y en beneficio de la comunidad. La elaboración del plan estratégico y de acción incidirá en fortalezas como el desarrollo del patrimonio y la cultura intangibles y sobre la experiencia de la montaña leonesa se creará una vertiente internacional y global. La montaña leonesa está llamada a jugar un papel relevante en el desarrollo de la provincia leonesa y también a nivel global. La caja de herramientas permite que todos los interesados trabajen en común.

—A pesar de la gran tradición concejil de León, en los últimos tiempos parece que la gente se ha acostumbrado a delegar.

—Es una mala práctica. Todo aquello que no se construya sobre la participación está llamado a desmoronarse.

—¿Cree que la administración permitirá que la gente decida?

—Siempre es mejor tener una administración que ninguna. Valora las diferentes alternativa. Y si algo es útil siempre será útil.

—Mucha gente se preguntará qué tiene que ver su proyecto con la salud.

—El desarrollo sostenible es uno de los determinantes de la salud, que tal y como la define la Organización Mundial de la Salud (OMS) no es simplemente la ausencia de la enfermedad.

—¿Es cierto que usted ha salvado de un ERE al personal de los grupos de acción local?

—Hay un acuerdo de colaboración con los GAL y la Fundación Reserva de la Biosfera. Pero la contribución económica es lo de menos para lo que aportan.

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