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ISABEL ÁLVAREZ VAN DER FELTZ. Ponente en el X Simposio Geicam

«La DMT permite trabajar la imagen corporal de las mastectomizadas»

JESÚS F. SALVADORES

León

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LEÓN

«Se aprende a expresar los sentimientos a través de un juego, un baile, una relajación». «He notado mejor conexión con el grupo. Me he sentido integrada». «Te cambia la perspectiva de la vida, das más importancia a las pequeñas cosas». «Tengo miedo de volver a pasar por ello» «Me siento marcada por pertenecer a un grupo en el que nunca pensé que iba a estar». «Vivo los momentos de sufrimiento en soledad para que no sufran en mi casa». «No valoran el esfuerzo que hago por no caer». «Quiero tener hijos».

Son las voces de mujeres operadas de cáncer de mama. Nueve leonesas, en su mayoría socias de Almom, participantes en la investigación que Isabel Álvarez van der Feltz presentó ayer en el X Simposio Internacional Geicam (Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama) en Córdoba con el título «Danza Movimiento Terapia (DMT): Conectar con las demás es conectar con una misma». Centrado en los avances en diagnóstico y tratamiento, ha abierto un espacio para las terapias complementarias.

Es un estudio de cómo ven, perciben y viven su cuerpo las mujeres después de haber sufrido una mastectomía (parcial o completa) con las aportaciones de la práctica de DMT para mejorar su imagen corporal y que realizó como tesina del Máster en DMT de la Universidad Autónoma de Barcelona. «En nuestra sociedad nos hemos olvidado del cuerpo, parece que nos hemos convertido en cabezas pensantes con piernas que nos llevan a todas partes, pero el cuerpo en movimiento ayuda a llegar a una misma, encajar tus traumas y conflictos», comenta. Como dice Sharon Chaiklin, «el movimiento y la respiración marcan el comienzo de la vida y son anteriores al lenguaje y al pensamiento».

Isabel Álvarez sufrió el zarpazo de la enfermedad mientras hacía el máster. Fue un parón vital y luego un impulso. Cada año 22.000 mujeres son diagnosticadas en España de cáncer de mama. «Lo había orientado hacia la imagen corporal y a la hora de concretarlo decidí hacer el estudio con mujeres operadas de cáncer de mama. Fue un acierto y un taller muy bonito», explica.

La imagen de «mujeres luchadoras, fuertes y valientes» es real, pero «desde que nos diagnosticaron el tumor llevamos una mochila a las espaldas». «No se trata sólo de luchar, sino de encajarlo y darle un sentido a las cosas. La DMT facilita la conexión con el ser interior a través del movimiento, permite tomar consciencia de las experiencias vividas y relatar historias personales desde el inconsciente». Para las mujeres operadas de cáncer de mama «el aspecto más significativo es el relacional: establecer una comunicación con otras mujeres a través de la danza y el movimiento, ver y sentirse vistas, escuchar y sentirse aceptadas por las únicas que las entienden, que son las mujeres han pasado por lo mismo», explica.

La enfermedad supone un «impacto traumático» ante el que las mujeres mastectomizadas reaccionan con una coraza porque «queremos salir y volver a nuestra vida de antes. Pero ya nada es igual. No, tienes que darte cuenta y tomar consciencia de que algo ha cambiado», agrega.

Donde más eficacia mostró la terapia fue con las mujeres recién diagnosticadas y en tratamiento de quimio y radioterapia pues «estas terapias agresivas provocan un desajuste enorme tanto físico como emocional y social».

Isabel Álvarez defendió en Córdoba «la importancia de reconocer la parte psicológica de la enfermedad y de seguir investigando sobre ella y poner los medios, para mejorar la calidad de vida y cuidar la etapa de la supervivencia desde el momento del diagnóstico». Terapias como la DMT que espera que en el futuro sean integradas «en programas en hospitales».

La atención oncopsicológica ya está en la cartera de servicios de hospitales como el de León, «el psicólogo te ayuda a entender lo que está pasando, pero la DMT te lleva al cuerpo que es donde está todo: alberga todas tus experiencias pasadas y lo que te está ocurriendo».

El diagnóstico de la enfermedad y los tratamientos suponen un importante estrés que conlleva «una intensa reacción emocional con síntomas de ansiedad y depresión», explica. Afecta a la autoestima femenina y su imagen. Las mujeres experimentan miedos ante el futuro, problemas de aislamiento y desajuste social; secuelas físicas como el linfedema o disfunción sexual, así como cambios emocionales. La mutilación y el aumento de peso por la menopausia inducida por los tratamientos son vivencias difíciles.

La DMT, «a través de la recuperación del placer por el movimiento corporal, ofrece la oportunidad de trabajar sobre la propia imagen corporal que ha sufrido un trauma físico», apunta Es una herramienta nueva para abordar lo que queda fuera del ámbito médico-quirúrgico-farmacológico. Primero dio más importancia al tema de la autoimagen y el cuerpo mutilado, pero a medida que avanzava el taller se dio cuenta de la importancia del aspecto grupal y relacional.

Existe una relación entre el tiempo transcurrido desde la operación y el tratamiento y las vivencias de las mujeres. La mujer recién operada y en tratamiento «siente su cuerpo como un extraño». Las veteranas «se sienten mujer a pesar de estar mastectomizadas y han aceptado tanto la enfermedad como el cuerpo imperfecto», apunta. En este sentido, resultó «muy positivo» que el grupo fuera mixto. Algunas mujeres «sintieron mayor movilidad o mayor soltura en las articulaciones o lo han vivido como una forma de superación personal», añade.

«Para mí ha sido una terapia, Le he dedicado mucho tiempo. Fueron unos meses sumergida, no sólo en el taller sino buscando información. La DMT está basada en la empatía. En el taller se abrían ellas y me tocaba a mí pasar por el mismo proceso de recuperación y de encajarlo», concluye. Isabel Álvarez resaltó la participación de las mujeres y de Almom (Asociación Leonesa de Mujeres Operadas de Cáncerde Mama) sin cuya implicación «el trabajo no hubiera sido posible. Les estoy muy agradecida».