Movimiento para la acción

LEÓN

Ingeniero con amplios conocimientos de física, biología, neurología, anatomía... Cinturón negro de judo. Moshé Feldenkrais (1904-1984), que trabajó en el laboratorio del Premio Nobel Juliot Curie en las primeras investigaciones de física atómica, ideó un novedoso método basado en el movimiento del cuerpo, que junto con la sensación, el pensamiento y la emoción son los cuatro componentes que intervienen en la acción.

Fue a raíz de una lesión que sufrió en la rodilla. Le dijeron que le impediría caminar el resto de su vida. Y decidió ponerse en movimiento para mejorar. No de cualquier manera, desde luego. Feldenkrais desarrolló «una revolucionaria manera de utilizar el movimiento para mejorar el uso de uno mismo».

Desde una visión global del ser humano y teniendo en cuenta su integración en el medio ambiente, creó un sistema a caballo entre la pedagogía y la terapia, influenciado también por la corriente de la neurociencia.

El método Feldenkrais es un proceso de aprendizaje somático que se transmite en sesiones de grupo llamadas ATM (Awareness through movement ), que es lo mismo de la toma de conciencia a través del movimiento.

«Es necesario poner atención y crear las condiciones para necesarias para posibilitar nuevas conexiones neurológicas en el sistema nervioso central (neuroplasticidad) para mejorar la habilidad y la eficiencia del movimiento en nuestra vida cotidiana», explica Marta Aláiz.

Es pionera en impartir en León, en el centro Moven,el método Feldenkrais. Su punto de partida, como dijo el maestro, es que todo el mundo tiene el cien por cien de posibilidades de mejorar. «No importa la condición en que se encuentre mientras haya vida», añade.

El movimiento, decía también Feldenkrais, es «lo más básico y lo más constante en nuestra especie». La técnica, que se desarrolla en un ambiente cálido, tranquilo y sin forzar el cuerpo. Son ejercicios que mejoran la salud y contribuyen al crecimiento personal, porque lo que se vive en el cuerpo pasa a la mente.

«Este proceso tiene el objetivo de sentir el camino que recorres y cómo lo recorres», explica Aláiz. La meta es que «una persona esté organizada y se mueva con el mismo esfuerzo y con la máxima eficacia, no a través de la fuerza muscular, sino a través de un incremento de toma de conciencia de cómo funciona el movimiento», añade.

A través de la toma de conciencia «logramos aprender a movernos con ligereza y libertad, a cualquier edad, y en consecuencia podemos mejorar nuestra vida cotidiana, no sólo físicamente sino emocional, intelectual y espiritualmente», señala esta profesora acreditada por la The American Training Accreditation Board (Eurotab).

Mejorar la condición humana en todos los campos de actuación, desde el deporte al ámbito laboral, la formación, la salud, la investigación científica, así como la calidad de vida, es el objetivo de este método que se imparte en clases colectivas o individuales, dependiendo de las necesidades. Es un método que tiene como herramienta de apendizaje la atención y las preguntas que va haciendo el profesor o profesora, no hay que responderlas; son una guía en el viaje de la atención. Lo importante es moverse con calidad en el espacio del bienestar y la comodidad, sin esfuerzo.

Los movimientos se realizan lentamente y se toma un tiempo de descanso cada vez que se repiten antes de iniciar uno nuevo. Hay que tener la sensación de que siempre es la primera vez.

Feldenkrais construyó secuencias de movimientos específicos a partir de una profunda comprensión de las leyes físicas y sus influencias sobre el sistema nervioso humano. Por eso, el trabajo en el suelo es fundamental: en la vertical se lucha contra la gravedad, no así en la horizontal.

Las secuencias mejoran la funcionalidad de los movimientos y permiten influir en los hábitos y en la manera de moverse. «Es una forma concreta y eficiente de entrar en contacto con nuestros talentos y nuestro potencial como seres maduros e independientes».

Marta Aláiz además es profesora de Pedagogía Terapéutica por la Universidad de León y posgrado en Teatro Social e Investigación Educativa por la URL y tiene más de 15 años de experiencia como educadora teatral. Ofrece clases regulares en Moven (Avenida Independencia, 1-1º izquierda) los martes de 12.30 a 13.30 y de 20.20 a 21.20 y, a partir de febrero, los sábados de 12 a 13.00 horas. Asimismo, ofrece talleres de profundización sobre cómo sentarse (27 de enero), caminar (17 de febrero), la columna vertebral (10 de marzo), pelvis (14 de abril), flexión y extensión (5 de mayo) e isquiotibiales (9 de junio). Contacto: 678 590 182 o martavillavante@gmail.com A sus clases acuden personas de 20 a 70 años. No se juzga, se rehúye el dolor porque «el dolor no permite aprender». La autoconciencia es el principio de la acción.

LO IMPOSIBLE, POSIBLE

Hacer lo imposible, posible; lo posible fácil y lo fácil elegante es una de las frases famosas de Moshé Feldenkrais. También dijo que si sabes lo que haces, puedes hacer lo que desees y demostró que, tal y como decía, su método no busca cuerpos flexibles, sino mentes flexibles. «Lo que me interesa en cada persona es restaurar su dignidad humana», aseveró. Creía que la unidad de mente y cuerpo es una realidad objetiva. «No se trata de partes de algún modo relacionadas entre sí de un todo inseparable. Un cerebro sin cuerpo no puede pensar», añadió. Otra de sus máximas es que «no tomes una decisión antes de considerar todas las alternativas» y que «tendrás buenas ideas si tienes muchas ideas».

YEPES Y BROOK

Moshé Feldenkrais trabajó en todo el mundo con diversas personalidades de la cultura como Yehudi Menuhin. Narciso Yepes, Peter Brook y también con niños y niñas con diversidad funcional (parálisis cerebral, etcétera). Extendió su método por Alemania, Estados Unidos e Israel entre otros países.