Luz y sonido que cuidan
Una docena de personas pasa por la sala Snoezelen del Centro Alzhéimer de León. Las posibilidades terapéuticas de este entorno sensorial se consolidan también en las residencias de mayores
Sentidos para cuando se ha perdido la memoria. Relajación cuando la enfermedad altera el ánimo y provoca inseguridad. Las salas Snoezelen, una contracción en holandés de dos palabras snuffelen y doezelen que significan oler y dormitar o relajar, llegaron a España en el año 2000 y con el tiempo se han instalado en más espacios en los que se cuida a las personas mayores con deterioro cognitivo.
El Centro Alzhéimer de León reactiva las terapias en la sala Snoezelen con más programas y opciones terapéuticas después de la interrupción por la pandemia del coronavirus. La reestructuración de la sala incluye un proyector de imágenes y elementos decorativos. Una docena de personas con deterioro cognitivo moderado y avanzado, que ya tienen parte del lenguaje afectado por la enfermedad de Alzhéimer, reciben terapia en esta sala que crea una atmósfera agradable con colores y sonidos que relajan y estimulan según las características del paciente.
Cada sesión se programa en función de las necesidades de las personas que lo utilizan. A la terapia para este reportaje acude Santiago, de 72 años, un usuario del Centro Alzhéimer de León con un trastorno de conducta provocado por una demencia moderada por la que Sentidos para cuando se ha perdido la memoria. Relajación cuando la enfermedad altera el ánimo y provoca inseguridad. Las salas Snoezelen, una contracción en holandés de dos palabras snuffelen y doezelen que significan oler y dormitar o relajar, llegaron a España en el año 2000 y con el tiempo se han instalado en más espacios en los que se cuida a las personas mayores con deterioro cognitivo. El Centro Alzhéimer de León reactiva las terapias en la sala Snoezelen con más programas y opciones terapéuticas después de la interrupción por la pandemia del coronavirus. La reestructuración de la sala incluye un proyector de imágenes y elementos decorativos. Una docena de personas con deterioro cognitivo moderado y avanzado, que ya tienen parte del lenguaje afectado por la enfermedad de Alzhéimer, reciben terapia en esta sala que crea una atmósfera agradable con colores y sonidos que relajan y estimulan según las características del paciente.
Cada sesión se programa en función de las necesidades de las personas que lo utilizan. A la terapia para este reportaje acude Santiago, de 72 años, un usuario del Centro Alzhéimer de León con un trastorno de conducta provocado por una demencia moderada por la que Paloma, «y nosotros nos movemos por observación directa, por sus expresiones, si ponen cara de agrado o desagrado. Otros, sin embargo, no muestran nada, hay que saber interpretar lo que necesitan». El trabajo y la filosofía de intervención Snoezelen se desarrolló en Holanda en los años 70 y se extendió por toda Europa p ara extenderse después a países como Australia, Estados Unidos y Canadá.
La Asociación para la Estimulación Sensorial y Snoezelen de España describe en su página web las funciones de esta terapia como relajante, que desarrolla la confianza, el autocontrol, incentiva la exploración y las capacidades creativas, establece una buena comunicación, proporcionar sensación de bienestar y ocio, promover la capacidad de elección, aumentar el tiempo de atención y concentración y reducir los cambios y las alteraciones conductuales. «Ha sido durante los años 90 cuando este trabajo se ha difundido ampliamente a diferentes ámbitos: científico, terapéutico y de ocio. En España, es a partir del año 2000, cuando empieza el contacto con el mundo snoezelen y poco a poco se van ampliando los servicios y variando las aplicaciones que puede dar de sí esta forma de trabajar. El concepto snoezelen asume que el mundo en el que vivimos es una mezcla de sensaciones de luz, de sonidos, de olores, de gustos y de experiencias táctiles variadas».
Las salas Snoezelen se llenan de luces, sonidos y olores. «Las compañeras que los atienden en el centro indican cuáles son las necesidades que tienen y adaptamos las sesiones». Santiago necesita música relajante y un fondo marino en movimiento. La terapeuta le ofrece una pelota sensorial y un saco térmico que utiliza para masajearse las piernas, que dice que le duelen. Es capaz de identificar el dolor. En los orígenes, las salas se usaban para el disfrute de los menores con discapacidad, pero sus usos se han extendido con programas terapéuticos para trabajar con personas con discapacidad intelectual. «Ahora se está extendiendo en Geriatría y son muchas las residencias de mayores que ya cuentan con estas salas». Media hora de terapia Durante la media hora que dura la sesión, Santiago permanece relajado.
«Pero es difícil que cuando salga de aquí ese nivel de relajación se mantenga porque afuera hay muchos estímulos. En casa también tiene una pelota y un saco térmico, que la familia le ofrece cuando está muy nervioso». Dentro de la sala el profesional no tiene un papel directo y activo en la terapia, sino que se adapta a las necesidades y gustos de los usuarios. «Es el enfermo el que toma la iniciativa y tiene el poder de decisión». Santiago decide. Otros pacientes que no tienen esa capacidad de decisión se dejan guiar por el terapeuta. «Lo colocamos donde pensamos que se sienten mejor». Santiago se dirige a un haz de luz de estimulación visual y táctil. «Uno, dos, tres, cuatro...», cuenta cada cable de luz mientras no para de hacer preguntas. Paloma entonces le llama la atención sobre los colores y el tubo de burbujas que suben u bajan.
«El tubo les sirve como seguimiento visual cuando tienen un deterioro cognitivo». Suena la música de fondo y la silla en la que está sentado Santiago vibra al ritmo de la sintonía. También se mueve la cama de agua en la que prueba a tumbarse, pero prefiere el sillón mientras no para de hacerse preguntas. «¿Por qué? ¿Para qué?» Y sigue sumando tubitos de luz que cambia de colores. «Cuando está fuera de la sala refiere dolores y en la sala el dolor disminuye porque está atento a las imágenes de la pantalla». El espacio snoezelen es una sala especialmente adaptada con material técnicamente preparado para proporcionar experiencias sensoriales diversas que favorece trabajar unos objetivos determinados e individualizados al perfil sensorial de cada persona.