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PROMOCIÓN DE LA SALUD

Disforia de género en el quirófano

El Caule ha realizado 11 histerectomías y cirugías de mama desde 2018 a la entrada en vigor de la ley trans

Ariana Alonso Celorio es activista del colectivo LGTBI en León. J. NOTARIO

León

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La ley trans ha eliminado la disforia de género como una condición sine qua non para el cambio de sexo. El tratamiento, asumido por la sanidad pública, se ha realizado de forma parcial en el Hospital de León entre 2018 hasta 2022.

Los servicios de cirugía han realizado en total 11 histerectomías, mastectomías y reconstrucciones de mama a personas trans. Las cirugías de mama, como mamoplastias de aumento y mastectomías, han sido asumidas por el servicio de Cirugía Plástica con medios propios. Las histerectomías se han realizado por los servicios de cirugía de Ginecología.

En 2018, 2019 y 2020 se realizaron dos intervenciones respectivamente, en 2021 cuatro y en 2022 una. La Ley 4/2023, de 28 de febrero, para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI reconoce que la rectificación registral permitirá a la persona «ejercer todos los derechos inherentes a su nueva condición», por lo que no será necesario que pasen por un diagnóstico de disforia de género para solicitar estas intervenciones.

El término disforia de género no se ha erradincado de los protocolos de sanitarios en el Hospital de León

En el Caule no se realizan intervenciones de reasignación genital. Estos casos son derivados a hospitales públicos y concertados de otras comunidades autónomas, como Cataluña y Andalucía. En total se realizaron 13 derivaciones en este periodo de tiempo desde que la Comunidad de Castilla y León incorporó a la cartera de presataciones la reasignación de sexo. Se trata de las vaginoplatias y faloplastias, En 2018 se derivó a un paciente, en 2019 a cuatro, otros tantos en 2020, uno en 2021, otro en 2022 y otro hasta febrero de 2023.

Las personas que han sido atendidas en el Caule por diagnóstico de disforia de género también han sido derivadas a los servicios de Endocrinología y Psiquiatría.

En la actualidad, el término disforia de género no se ha erradicado de los protocolos sanitarios en el Hospital de León. Esta es una de las reivindicaciones del colectivo LGTBI+ de León. «El diagnóstico de disforia de género ya no es necesario para el cambio registral de sexo y nombre; sin embargo en las consultas de Atención Primaria, para derivarte a Endocrinología siguen poniendo disforia de género», comenta Ariana Alonso Celorio, activista de Rebelión Feminista y Awen LGTBI+. No obstante, la nueva ley evita que las personas trans tengan que esperar un año, tras pasar por el servicio de Psiquiatría, para iniciar los procedimientos de hormonación y reasignación de sexo. «Esto es lo que cambia la ley, pero los protocolos sanitarios dependen de las comunidades autónomas y hay que ir consiguiendo poco a poco que se modifiquen», subraya.

La patologización de las necesarias sanitarias de las personas LGTBI lo sufren otros colectivos como las lesbianas que «para acceder a pruebas de ETS o ITS nos ponen como coletilla que practicamos conductas sexuales de riesgo», se queja Ariana Alonso Celorio. Lo mismo sucede con las personas intersxuales que para ser derivadas a Ginecología les ponen como motivo la amenorrea.

El artículo 4 de la ley reconoce que «los poderes públicos, en el ámbito de sus competencias, desarrollarán todas las medidas necesarias para reconocer, garantizar, proteger y promover la igualdad de trato y no discriminación por razón de orientación e identidad sexual, expresión de género o características sexuales de las personas LGTBI y sus familias».