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Los adolescentes de familias autoritarias o permisivas son más propensos a beber

Democracia familiar versus alcohol

Los jóvenes se inician en el consumo de alcohol en fin de semana a los 12 o 13 años

Un joven mezcla una bebida alcohólica con cola para «hacer botellón»

Publicado por
León

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? Los adolescentes pertenecientes a familias en las que los padres son excesivamente autoritarios o permisivos abusan más del consumo de alcohol que aquellos cuyos padres son «democráticos» o «indiferentes», según un estudio realizado por las profesoras de la UNED Marisa Senra y Nuria Manzano. Así lo destacaron ayer durante la presentación de las conferencias Incidencia de la inteligencia emocional en el consumo de alcohol y Clima familiar y desarrollo de competencias emocionales de adolescentes , que se enmarcan en el curso de Formación en competencias emocionales que organiza la UNED en Mérida. Tras realizar una encuesta a una muestra de 1.500 adolescentes que cursan tercero y cuarto de ESO en distintos colegios públicos, privados y concertados de Madrid, las profesoras concluyeron que un porcentaje muy alto abusa del alcohol y lo consume de forma «natural y aceptada». Además, señalaron que la edad media en la que los jóvenes comienzan la ingesta de alcohol se sitúa entre los 12 y los 13 años, si bien encontraron un considerable porcentaje que comenzó a beber a los 10. La mayor incidencia en el consumo la tienen, según se desprende del estudio, aquellos niños cuyos padres son demasiado autoritarios o permisivos y aquellos que integran familias desestructuradas, que se caracterizan, según explicó Senra, por ser hogares rotos, en los que no existe comunicación entre sus miembros o que no organizan proyectos compartidos. «El consumo de alcohol se ha puesto de moda entre los adolescentes y se ha convertido en su forma de diversión», alertó la profesora, que añadió que las pautas de ingesta españolas siguen el modelo sajón, que consiste en beber de viernes a domingo, como un «medio para superar la timidez o la inseguridad». Nuria Manzano advirtió de que «estas conductas nacen del clima familiar en el que vive el joven», puesto que constituye «el primer agente socializador del niño y del adolescente», por lo que subrayó que este problema se debe resolver primero en el núcleo familiar y después en las aulas. Entre las medidas preventivas que pueden desarrollar las familias para resolver este problema, la profesora hizo hincapié en que se debe fomentar la cohesión familiar, favorecer una comunicación fluida, resolver los conflictos democráticamente, fomentar la autonomía del joven y consensuar las tomas de decisiones. Fomentar las inquietudes intelectuales, culturales y deportivas del niño, favorecer la estabilidad familiar, y no utilizar en los adolescentes la técnica del control, sino la de la atención, son otros factores de prevención que, según Manzano, deben promover los padres. Asimismo, apuntó que se debe trabajar para formar a los jóvenes en competencias emocionales como el autocontrol, las habilidades sociales, el equilibrio emocional, la autoestima, la capacidad de sobreponerse a los problemas y a los cambios, el pensamiento positivo y la resistencia psicológica.