HIDROCUCIÓN E INSOLACIÓN QUEMADURAS Y DESHIDRATACIÓN ZAMBULLIDAS
No bañarse en aguas muy frías ni durante la digestión Tomar el sol en las horas de menor radiación solar Sumergirse con precaución en sitios desconocidos
La hidrocución o corte de digestión, producto de la diferencia térmica entre la piel y el agua, es un accidente habitual en verano. La mayor incidencia de estos casos se da en personas que, después de una prolongada exposición al sol, y con la piel muy caliente, deciden darse un baño. No bañarse en aguas muy frías ni durante la digestión (entre una hora y media y tres horas después de las comidas, según la cantidad de alimento ingerido) y entrar en el agua poco a poco son los principales factores de prevención. Las insolaciones son peligrosas pero fáciles de evitar. La exposición intensa del organismo a los rayos del sol puede tener consecuencias muy graves, desde cefaleas y somnolencia hasta delirio y convulsiones, e incluso pérdida del conocimiento. Las recomendaciones para evitar este mal son las exposiciones breves durante la mañana o al atardecer y no beber agua durante la exposición. Los accidentes más frecuentes son las quemaduras, consecuencia de prolongadas exposiciones a los rayos solares, y que pueden llegar a ser hasta de primer grado. Es aconsejable tomar el sol en las horas de menor radiación solar, evitando la franja comprendida entre el mediodía y las cinco de la tarde, y utilizar protección siempre. Durante el verano el cuerpo responde a las altas temperaturas liberando agua del organismo mediante la sudoración. Si no se reemplaza este agua y los demás componentes que se pierden al sudar (potasio, sodio y magnesio) se produce la deshidratación, que supone un grave deterioro para la salud. Una dieta equilibrada rica en frutas y hortalizas y la ingestión de líquido durante todo el día son fundamentales para impedir sus síntomas. Es aconsejable el uso de tejidos de fibras naturales transpirables (algodón y lino) y evitar comidas copiosas. Tirarse de cabeza en un paraje desconocido en lugar de sumergirse en el agua lentamente y con precaución es el error que lleva a muchos bañistas a verse postrados para siempre en una silla de ruedas. Para evitarlo, los servicios de Rehabilitación y Medicina Interna del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo recomiendan zambullirse siempre con los brazos situados en prolongación del cuerpo, protegiendo el cuello y la cabeza. Previamente conviene conocer con detalle la profundidad y características del fondo del mar, río o piscina. En el caso de que estas recomendaciones caigan en saco roto, conviene saber cómo actuar para ayudar al accidentado con el fin de no causarle más lesiones o daños irreparables. En este sentido, es muy importante inmovilizar el cuello del herido, evitar movimientos de la columna y avisar a un profesional para que realice el traslado a un hospital.