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Menos hipertensión, menos ictus

El 30% de las personas que sufren ictus fallecen y otras tantas padecen secuelas invalidantes Evitar los riesgos en la recaída Las cifr

Esther Fernández y Manuel Granda, ayer en el Hospital de León

León

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El 30% de las personas de más de 30 años son hipertensas, pero sólo el 16% están bien controladas y tienen un diagnóstico adecuado. La hipertensión arterial es uno de los factores de riesgo modificables a la hora de prevenir el ictus o infarto cerebral y constituye la tercera causa de muerte en la población hipertensa por detrás de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, según señala el jefe de la sección de Nefrología del Hospital de León, Manuel Granda. Cada año se registran en España entre 110.000 y 120.000 ictus, que causan alrededor de 40.000 muertes, y tienen un «notable impacto económico» a causa de la hospitalización. En la provincia de León esta enfermedad cerebro vascular afecta a unas 1.500 personas al año. Se estima que una tercera parte fallecerán como consecuencia del episodio y otras tantas se verán afectadas por secuelas muy invalidantes. Aproximadamente un tercio de las lesiones son recuperables porque afectan a zonas poco extensas o menos importantes. «Son cifras alarmantes», afirma la doctora Esther Fernández, de la unidad de hipertensión de Medicina Interna del Hospital de León que, junto con Nefrología, se ocupa de la prevención del ictus en pacietnes hipertensos. Estas personas tienen un riesgo cinco veces superior que un individuo normotenso de sufrir un infarto cerebral. Hábitos del estilo de vida como el ejercicio físico, el control del peso y la dieta también favorecen la prevención del ictus. Por el contrario, la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo, la obesidad y la vida sedentaria favorecen el infarto cerebral. Todos ellos son «factores modificables» frente a otros que, como la edad y el incremento de los eventos cardiovasculares asociados a la ancianidad, el sexo (el ictus es la primera causa de muerte en la mujer postmenopáusica), la carga genética y los antecedentes familiares tienen menos posibilidades de ser corregidos. Tratamiento farmacológico En el caso de la hipertensión, los médicos necesitan de tratamientos farmacológicos para hacer un control adecuado, especialmente en los pacientes que necesitan más de un medicamento para mantener una cifra tensional aceptable (130/80). Manuel Granda y Esther Fernández presentaron en León un manual de consenso elaborado por la Sociedad Española de Hipertensión y la Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial, cuyo objetivo es la reducción del ictus en el paciente hipertenso. El documento recoge las conclusiones del estudio Life que ha investigado en varios países y hospitales los efectos de Losartán, único hipertensivo que hasta ahora tiene la propiedad de prevenir el ictus en personas hipertensas o con hipertrofia ventricular izquierda. Este compuesto, perteneciente al grupo farmacológico Ara II, fue indicado por la Agencia Nacional del Medicamento en junio. Tensión más baja en diabéticos En pacientes diabéticos, Esther Fernández indicó que se hace necesario controlar los niveles de glucemia y su hipertensión arterial indicada debe ser inferior a 120/70. Respecto al tabaquismo, la obesidad y la dislipemia recordó que «se dan las mismas recomendaciones que para el infarto de miocardio». El ictus cerebral se produce a causa de una interrupción brusca de la sangre que pasa por determinada zona del cerebro porque se obstruye la arteria que irriga esa zona se obstruye. «Es equivalente al infarto de corazón, pero no se ha difundido mucho a pesar de que es muy frecuente», subrayó Manuel Granda. Otro tipo de lesiones cerebro vasculares son las roturas de la pared de las arterias o el infarto cerebral hemorrágico. La arterioesclerosis -deterioro de las arterias que se produce con más frecuencia a partir de los 55 años- puede invadir el interior de la arterias y producir aterotrombosis. Entre la población anciana se pueden producir los infartos lacunares cuando se obstruyen las arterias finas perforantes del cerebro. Es importante su prevención porque puede ocasionar demencia vascular.