| Crónica | ¡Que se preparen los alérgicos! |
Una primavera complicada
Las copiosas lluvias hacen que se avecinen unos duros meses de mayo y junio
Las copiosas lluvias caídas entre los meses de octubre y enero hacen que se avecine una primavera complicada e intensa para los seis millones de españoles que son alérgicos al polen. Según las estimaciones de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), las concentraciones de gramíneas estarán por encima de los 7.000 granos por metro cúbico durante los meses de mayo y junio. Esta cifra supera con holgura los 5.500, cantidad a partir de la cual la primavera se complica para los alérgicos. Según el doctor Javier Subiza, coordinador del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, en los últimos años cada vez son más los pacientes que comienzan a mostrar síntomas en el mes de enero provocado por el aumento de la contaminación y de la plantación de cupresáceas y plátanos de sombra. Las partículas expulsadas por los motores diésel, que suponen el 50% del parque automovilísticos, agravan el problema. El estudio de la Seaic muestra que el tipo de polen que más afecta a los pacientes españoles son las gramíneas con un 87%, seguido por el polen del olivo con un 43%; quenopodiácea, 27%; plátanos de sombra, 22%; cupresácea, 13% y parietaria, con un 11%. Los más alergénicos Las gramíneas son los pólenes más alergénicos y este estudio muestra la relación entre el incremento de los síntomas alérgicos y el asma en los pacientes, y el aumento de las concentraciones de las gramíneas. El doctor Subiza comprobó que durante los meses de mayo y junio, época de mayor concentración de gramíneas, se produjo un mayor número de casos de urgencias por asma bronquial en los centros médicos y, por tanto, un aumento en las ventas de antiestamínicos. Un factor para prevenir las «epidemias de asma» es conocer las concentraciones de gramíneas para comenzar a tomar el tratamiento farmacológico al principio de la primavera. El interior de la península es una de las peores zonas para que viva un alérgico al polen. La escasez de lluvia y la contaminación son la peor combinación para un alérgico y ése es el caso de la España interior, sobre todo en las ciudades. Según un estudio de la Unidad de Alergia del Hospital de Basurto (Bilbao), la mitad de la población española padecerá algún tipo de alergia en el 2015. El doctor Ignacio Antepara, jefe de esta unidad, sostiene que el coste económico que supone para la sociedad española las patologías alérgicas es de 3.000 millones de euros al año; de ellos un tercio van destinados a la asistencia sanitaria y el resto, al costo social.