El 15% de la población tiene algún tipo de alergia, cifra que en algunos países llega ya al 25%
Un 5% de los leoneses alérgicos lo son a los materiales con los que trabajan
Los pólenes provocan el 40% de los síntomas con la llegada de la primavera
Un 5% de las personas alérgicas de León lo son a algunos de los materiales o sustancias con los que trabajan diariamente. La cifra está por encima de la media nacional, según el jefe del servicio de Alergología del Hospital de León, José Luis Estrada Rodríguez. La abundancia de explotaciones agrarias convierte a la provincia en el blanco de un determinado tipo de asma laboral. «La exposición a los piensos, formados por familias botánicas diversas, provoca la aparición de los síntomas y obliga al paciente a llevar un tratamiento». El látex es el causante de las alergias en el personal sanitario y de los trabajadores del sector pizarrero del Bierzo, con un incremento de las urticarias como consecuencia del uso de los guantes para la realización de su trabajo. Alrededor de 6.000 leoneses mantienen un tratamiento y un seguimiento de su alergia en este servicio hospitalario, «pero es sólo la punta del iceberg porque la mayoría de los casos se quedan en las consultas de los médicos de cabecera». Los pacientes que llegan a las consultas del Hospital presentan un cuadro severo de alergia que requiere un tratamiento más especializado. Los especialistas calculan que el 15% de la población padece algún tipo de alergia «y vamos camino del 25%», asegura Estrada. Las gramíneas El 40% de los alérgicos lo son a los pólenes, con lo que la llegada de la primavera empeora el cuadro clínico con síntomas como asma, rinitis y conjuntivitis. Para el doctor Estrada, la aparición del asma requiere un tratamiento inmediato, «porque esta deficiencia respiratoria tiende a perpetuarse si no se trata correctamente». Los alérgicos estacionales con síntomas como rinitis y conjuntivitis sólo necesitan una semana de tratamiento para aliviar los síntomas más molestos. Para el doctor Estrada hay alergias que preocupan más a los especialistas por la persistencia de los síntomas ante la dificultad de evitar la exposición del paciente al alergénico. Este es el caso de las alergias a los ácaros, que casi no existen en León capital, pero que los habitantes de Astorga y las zonas ribereñas del Órbigo padecen sin que los especialistas encuentren una explicación médica fiable. «A medida que aumenta la altura hay menos ácaros porque disminuye la humedad atmosférica. En los Alpes, a 2.000 metros de altura no existen ácaros. En León, al estar a 800 metros, hay una humedad atmosférica relativamente baja comparada con las ciudades de la costa». El tratamiento para estas alergias debe prolongarse durante todo el año.