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Las adolescentes traen al mundo a la quinta parte de niños y niñas en Brasil

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efe | río de janeiro

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La quinta parte de los niños nacidos en Brasil en 2002 era hijo de jovencitas de entre 15 y 19 años, y las mujeres pasaron a ser casi la tercera parte de los jefes de hogar en el país, informaron fuentes oficiales. Según la Síntesis de Indicadores Sociales divulgada por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas, el 6,3 por ciento de las adolescentes brasileñas de entre 15 y 17 años ya tuvo por lo menos un hijo. Ese porcentaje sube al 40 por ciento entre las jóvenes de entre 18 y 24 años. De acuerdo con el estudio, de las 88 millones de mujeres brasileñas en 2002 (el 51,2 por ciento de la población), 30 millones ya fueron madres. El número de mujeres que se declaró jefe de hogar subió del 22 por ciento en 1991 al 29 por ciento en 2002, para un crecimiento del 30 por ciento. Ello significa que 14,6 millones de familias brasileñas eran sustentadas por mujeres hace dos años. Otras familias, principalmente entre las clases menos favorecidas y educadas, son prácticamente sustentadas por el trabajo de menores de edad. El 4,5 por ciento de los 2,7 millones de menores de entre 10 y 17 años que trabajaban en 2002 era responsable por más del 90 por ciento de la renta de sus familias. En promedio, los menores que trabajan en Brasil son responsables por el 15,5 por ciento de la renta familiar. Un total de 5,4 millones de niños y adolescentes de entre 5 y 17 años de edad trabajaba en 2002. Esa cifra equivale al 12,6 por ciento del total de menores de esa edad en Brasil. Menores trabajadores De los menores trabajadores, 2,7 millones tenía entre 10 y 15 años, 2,4 millones entre 16 y 17 años y los 280.000 restantes menos de 10 años. Ello significa que en el 16,5 por ciento de las familias con menores de entre 5 y 17 años había por lo menos un niño o adolescente trabajando. De la misma forma, la mitad de los jóvenes brasileños de entre 15 y 24 años ya trabajaba en 2002. De los jóvenes trabajadores, el 37,3 por ciento ganaba hasta un salario mínimo (unos 83 dólares) y el 15,9 por ciento no ganaba nada. Pese al aumento de la deserción escolar, la tasa de analfabetismo se redujo del 17,2% entre la población de menos de 15 años en 1992 al 11,8% en 2002 (27,7% en el campo).