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Un verano caluroso, pero no tanto
El día 6 de junio fue el más caluroso del mes, con una temperatura máxima de 30,2 grados, siete superior a la media de este mes en los últimos treinta años
Los Servicios de Protección Civil de León prevén que el verano sea caluroso en León, pero no tanto como el año pasado. Desde el Instituto Nacional de Meteorología de la Virgen del Camino no se atreven a aventurar tal extremo y los especialistas aseguran que nadie puede saber, a más de cinco días de previsión, las temperaturas máximas que se alcanzarán en León. La jornada más calurosa de junio hasta ahora fue el día 6, donde las temperaturas máximas alcanzaron 30,2 grados. Otros días de bochorno fueron el 5 (29,4 º) , 9 (29,6 º) y el 11 (29,6º). La media del mes está en 25 grados. Según los técnicos de Meteorología, la media de la temperatura de los meses de junio de los últimos treinta años está en 23 grados, por lo que la media del mes este año está dos grados por encima de la estadística. Para que haya una ola de calor tienen que darse dos factores climatológicos. Que la temperatura supere en al menos cuatro grados la media de la máxima del mes y que este fenómeno se prolongue durante ocho o más días, algo que no ha ocurrido todavía en León. Aire tropical Los episodios más o menos largos y repetidos de calor intenso en Castilla y León, por lo general debidos a la penetración de aire tropical continental de procedencia sahariana, presentan una gran irregularidad temporal y con poca frecuencia se prolongan como para considerarlos una ola de calor. Según los servicios sanitarios de la Junta de Castilla y León, es probable que se alcancen temperaturas máximas de 37 grados, aunque lo que sí es más difícil es que se superen los 40 grados. Este umbral si se experimentó en León y Ávila el año pasado. Si bien los efectos sobre la salud de las olas de calor han sido estudiados en España en años anteriores, la repercusión social en el 2003 fue sin duda superior, debido a las altas temperaturas y a su duración en el tiempo. El aumento del envejecimiento de la población provocó un mayor impacto que en años anteriores. Impacto de la capa de ozono Los estudios oficiales efectuados sobre el incremento de la mortalidad en el verano del 2003 ponen de manifiesto que la variable que resultó con más interés estadístico, además de la temperatura máxima superior a 41 grados, fue la concentración de ozono troposférico. Además de los riesgos del calor para la población, el plan activado por la Junta de Castilla y León contempla también medidas para paliar los efectos del calor en el medio ambiente, las amenazas asociadas al transporte y a las instalaciones con presencia de sustancias químicas peligrosas, especialmente las inflamables y explosivas, que representan focos de riesgo para el medio.