«La infección se ha cronificado, pero altera la calidad de vida»
Durante los diez primeros años de diagnóstico del sida los tratamientos fueron monoterápicos, los pacientes evolucionaban peor y tenían más enfermedades oportunistas, entre ellas, muchas neoplasias. La esperanza de vida de un enfermo apenas superaba los tres años de evolución de la enfermedad. Tras el congreso de Vancouver se generaliza el uso de inhibidores de la proteasa y se asocian a otros fármacos que ya existían. «Esto produjo una disminución importante de la morbi-mortalidad por la mejora de la situación inmunológica de los pacientes», explica el médico. El doctor Carro reconoce que con los nuevos medicamentos «la infección se convierte en crónica pero altera la calidad de vida de los pacientes». Actualmente, uno de los problemas más frecuentes de los tratamientos contra el sida es la lipodistrofia -alteración en la morfología corporal- que produce problemas psicológicos, síndromes de ansiedad y depresión en los pacientes, con el inconveniente de que «la alternativa es difícil porque supondría rebajar la eficacia». La pentafosida T-20 es uno de los más novedosos por su mecanismo de acción: es un inhibidor de la fusión que impide que el virus afecte al linfocito (defensas), pero también tiene sus inconvenientes: se suministra por vía subcutánea y entre sus efectos más peligrosos es que si se emplea como monoterapia el virus se hace resistente. «Los nuevos avances tienen que venir por el empleo de los tratamientos existentes, pero con una disminución del número de compromidos», añade el médico. Actualmente se utilizan combinados de hasta 14 medicamentos. Para Carro, el mejor tratamiento es aquel que «aumenta al máximo la expectativa de vida, que tenga los mínimos efectos secundarios y que ofrezca la mejor calidad de vida» a los enfermos. En León, al contrario de lo que sucede en las tres cuartas partes del mundo no desarrollado, «el acceso a las últimas terapias está totalmente garantizado». «El problema de África, con 28 millones de enfermos, es realmente dramático», concluye.