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Ser madre se hace, no se nace

La maternidad es, más allá del hecho físico y biológico, un acontecimiento psíquico en la vida de una mujer, según defendió en León la psicoanalista Carmen Rodríguez-Rendo

La psicóloga leonesa María Dolores Navarro, izquierda, presentó a Carmen Rodríguez-Rendo

León

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La síntesis del malestar que sufren las mujeres en el momento actual es que «se sienten obligadas a ser la mujer 10», afirmó en León Carmen Rodríguez-Rendo, de la Federación de Ateliers de Psicoanálisis (París) y miembro del consejo de redacción de la revista Diván el Terrible . En una conferencia sobre la maternidad antes y ahora, la psiconalista hizo un recorrido por vida de la mujer actual abocada, sin descanso, «a la conquista de la perfección». La falta de facilidades para el encuentro en las grandes ciudades y la velocidad -señaló- «contamina las relaciones con los otros» y tener tiempo se ha convertido en un «bien muy caro». Por la misma razón, tener hijos es una de las cuestiones que más interrogantes plantea a las mujeres, limitadas por la edad para la maternidad. «Además de tener un cuerpo, la mujer necesita tener tiempo», indicó antes de entrar en materia y hacer hincapié en que la maternidad no sólo es un hecho biológico, sino también un hecho psíquico, un lugar que se construye. Para ello, relató el caso de una paciente de 45 años que se presentó en la consulta con un problema: «Estoy bien -le dijo- pero tener un hijo es lo único importante para mí en este momento; me arrepiento de haber abortado a los 22 años, ahora no consigo quedarme embarazada y los médicos no ven ninguna causa de esterilidad». La paciente se niega a plantearse la adopción, pero tras fracasar en un intento de implantación de embriones -sufre un ataque de pánico en el quirófano- decide aceptar el ofrecimiento para adoptar una niña recién nacida. «La niña es hermosa y la única sombra que entorpece mi felicidad es el temor a llevarla al parque y que venga su madre biológica y me la quite», dijo la mujer en una de las últimas sesiones que realizó con la psicoanalista. A partir de entonces, rescindió el tratamiento por cuatro años, hasta que se planteó la interrogante de si debía desvelar o no los verdaderos orígenes a su hija. El caso clínico, poco corriente, fue el fogonazo utilizado por la psicoanalista para alumbrar su discurso sobre la construcción psíquica de la maternidad. «El puerperio psíquico puede durar de uno a dos años», matizó. El cuerpo es más flexible, pero los vaivenes por los que pasa la madre desde el encuentro con el hijo, que empieza con su primera separación, requieren un tiempo más largo. La maternidad permite a la mujer evocar la infancia; pero no es un hecho meramente biológico y no por ser madre se sabe ser madre. «A la madre se le supone un saber: cuando alguien ve llorar a un niño recién nacido es frecuente que mire a la madre y le pregunte qué le pasa». Carmen Rodríguez-Rendo destacó que la mujer al ser madre pasa de ser «una reinona», el centro de atención durante el embarazo, a desplegar una actividad frenética tras el parto que la convierte casi en «chacha». El embarazo es para la mujer un momento de tranquilidad frente a la incertidumbre que supone esta etapa para el hombre. La mujer actual, subrayó, sale de una posición en la que ella hacía de obediente en el binomio de la pareja, pero este giro «ha derivado para muchas mujeres en una encerrona» debido a que la velocidad «se ha convertido en una amenaza tiránica para la vida misma». La sensación de la mujer de «no llegar a todo» es permanente y el triángulo poder-velocidad-riqueza se ha convertido en el «escenario donde perecen muchos sueños». La conferencia de Carmen Rodríguez-Rendo fue patrocinada por la Concejalía de la Mujer y presentada por la psicóloga leonesa María Dolores Navarro.