Enfermos de cáncer de León usan cannabis para paliar la quimioterapia

Enfermos oncológicos de León recurren al consumo de cannabis como complemento a los fármacos tradicionales para aliviar las náuseas, vómitos y pérdida de apetito provocados por el tratamiento con quimioterapia. Pese a que en España no está regulado el uso medicinal de esta sustancia, algunos oncólogos reconocen la utilidad terapéutica del cannabis , avalada por diversos estudios científicos. El coordinador del servicio de oncología del Hospital de León, Andrés García Palomo, asegura que «la utilidad del cannabis en este sentido está perfectamente demostrada» y afirma que son muchos los pacientes, especialmente mujeres, que preguntan en las consultas de oncología sobre los beneficios de esta planta. «La pregunta es directa, ¿es cierto que el cannabis puede ayudarme? y la respuesta es que sí, que hay estudios que demuestran que es una sustancia que mejora esos síntomas», asegura García Palomo que afirma que la mayoría de los pacientes que se interesan por esta opción deciden recurrir a esta planta después de acceder a páginas de Internet con información específica. Pese a ello, desde la consulta de oncología se desmitifican algunas propiedades que muchos atribuyen al cannabis . «Nosotros no podemos aconsejar a un paciente que lo tome. No es más potente que otros fármacos que utilizamos, aunque puede servir de complemento». De hecho, está catalogado como nivel 3, (de discreta actividad) frente a los fármacos «legales» que se sitúan en el nivel 1. El tetrahidrocannabinol, que es la fórmula del cannabis que funciona en estos casos, representa sólo el 60% de la planta, por lo que en algunos países como Holanda han extraído este compuesto para fabricar pastillas. La más eficaz Palomo asegura que esta sustancia es más eficaz para el tratamiento de las caquexias (estados de extrema desnutrición) que los fármacos convencionales, por lo que en algunos países la utilizan ya para tratar también a los pacientes con sida, algo que los especialistas de León no consideran adecuado. Según el doctor José Antonio Carro, de la Unidad de Infecciosas de León, «no podemos tratar a un paciente con sida, que suele ser además adicto a las drogas, con una sustancia que puede provocarle otras dependencias añadidas». La marihuana actúa sobre el hipotálamo. Este punto es el centro neurálgico que segrega hormonas a la hipófesis y controla el apetito. Las sensaciones físicas tras el consumo de esta sustancia son la pérdida parcial de la sensación del tiempo, relax y disminución de la ansiedad. Pero también puede provocar efectos secundarios como náuseas, taquicardias y mareos.