Vacunarse contra la viruela o la tuberculosis reduce el riesgo de cáncer de piel

Vacunarse contra la viruela o la tuberculosis en la infancia reduce el riesgo de padecer en la edad adulta el tipo de cáncer de piel conocido como melanoma maligno, según un estudio de la Universidad de Gotinga (norte de Alemania). Las vacunas contra esas enfermedades se han venido administrando cada vez menos desde los años setenta, y eso hace temer a los autores del estudio, difundido ayer que aumentará la incidencia de ese cáncer de piel. Por eso, los científicos examinan la posibilidad de desarrollar una versión moderna de la antigua vacuna contra la viruela, que podía provocar efectos secundarios peligrosos en algunas personas. El grupo de investigadores -de varios países europeos y de Israel-, encabezado por el alemán Klaus Koelmel, llegó a esa conclusión tras observar a lo largo de ocho años el estado de salud de pacientes que se operaron para eliminar el melanoma. Entre los pacientes que en la edad infantil fueron vacunados contra la viruela o la tuberculosis se registró la mitad de muertes que en los que no recibieron esas vacunas. En Alemania se registran cada año 8.000 nuevos casos de melanoma maligno, explicó Koelmel, una enfermedad cuya única causa conocida, según las últimas investigaciones epidemiológicas, es la exposición excesiva a la radiación solar. Los investigadores de Gotinga creen que para que el sistema inmunitario se desarrolle de forma efectiva necesita el contacto con agentes patógenos como los contenidos en las vacunas. Protección Los científicos han descubierto cómo la vacuna contra la viruela protege contra el melanoma maligno. En ese proceso son decisivos unos virus que al parecer se integraron en el genoma humano hace millones de años, y algunos genes de esos virus pueden provocar cáncer al fomentar la producción de proteínas en las células, explicaron. Si las investigaciones de los científicos de Gotinga son confirmadas por otros colegas, en el futuro se podría desarrollar una vacuna contra la viruela en la infancia para prevenir en la edad adulta la aparición del melanoma maligno.