Sanidad quiere incluir a la industria en un plan de choque contra la obesidad

Sanidad presentará en enero un plan para poner coto al galopante crecimiento de las tasas de sobrepeso de los españoles en las últimas décadas. No en vano, uno de cada dos adultos tiene conflictos con la báscula. La llamada «estrategia nacional de nutrición, actividad física y prevención de la obesidad» sigue la línea planteada por el plan integral contra la obesidad que bosquejó la ex ministra Ana Pastor y que no tuvo tiempo de aprobar. Uno de los principales objetivos del plan es empujar a la industria alimentaria a que reduzca los contenidos de azúcares, sal y grasas de sus productos. Los niños, las amas de casa, las mujeres con miedo a engordar y los estudiantes son algunos de los grupos de población a los que se dirigen específicamente algunas actuaciones, aunque también se prestará especial atención a los enfermos crónicos y las personas que han dejado de hacer ejercicio o que han abandonado recientemente la adicción al tabaco. Algunas de las medidas irán encaminadas a concienciar a la población de que la variedad de alimentos es la base para garantizar el equilibrio nutricional de cualquier dieta. Al mismo tiempo, el documento pone énfasis en la necesidad de distribuir regularmente el horario de las comidas. Las recomendaciones básicas que se hacen a la población se refieren a la conveniencia de hacer ejercicio, incrementar el consumo de verduras, frutas y hortalizas y reducir la ingesta de bebidas azucaradas. Sanidad quiere sacar adelante la citada estrategia con el consenso de todas comunidades y con recursos económicos, para lo cual el plan irá acompañado de una memoria económica. Sobran las razones Según los expertos, sobran las razones para desplegar una iniciativa contra la gordura excesiva. La incidencia de la obesidad en España se cifra en un 16%. Lo grave es que el sobrepeso infantil ha experimentado un acusado incremento en los últimos tiempos, hasta alcanzar una proporción de un 16,1% entre los niños de 6 a 12 años. En el origen de esta gordura están los malos hábitos alimentarios. Por ejemplo ocho de cada diez niños y adolescentes se van cada día de casa sin desayunar. A ello hay que añadir el abandono de la dieta mediterránea y un sedentarismo cada vez más creciente. Por añadidura, el aporte calórico medio que ingiere cada habitante se eleva a 2.811 kilocalorías, lo que representa un 19% más de lo que aconsejan los expertos en nutrición.