El acceso a las ecografías está prohibido en el hospital y en el ambulatorio depende del médico
El 40% de los padres presencian el nacimiento de sus hijos en el hospital
No pueden entrar a las cesáreas, que son el 24%, ni en partos en los que se utiliza instrumental
Estrabón (58 a. C. a 21-25 d. C.) describió en su Geografía, al hablar de Hispania y particularmente de los pueblos del norte, la práctica de la covada. «...Es común también la valentía de sus hombres y mujeres; pues éstas trabajan la tierra y cuando dan la luz sirven a sus maridos acostándolos a ellos en vez de acostarse ellas mismas en sus lechos». Esta práctica, aparte de poner entredicho la valentía que refiere Estrabón de los hombres, ha dado mucho de sí a la hora de definir la existencia de una supuesta sociedad matriarcal, que en realidad no era tal, entre astures y cántabros; pero lo cierto es que con Roma se enraizó y legalizó el patriarcado y el hombre se alejó casi por completo del momento del alumbramiento, considerado un «asunto de mujeres». Dos mil años después, las mujeres no van a levantarse de la cama para que descanse el marido del susto, pero los hombres reclaman con más frecuencia ver a sus hijos en el momento del parto y, aún antes, en las ecografías de seguimiento del embarazo. Actualmente, el 40% de los padres participan en el nacimiento de sus hijos e hijas en el Hospital de León, una cifra que ha ido en aumento en los últimos años, desde que se permite la entrada del progenitor en la sala de partos. La presencia del nacimiento de los hijos por parte de los padres sólo se permite «si es un parto normal y no se necesita instrumental, como forceps o ventosas», precisa el jefe de Ginecología, José Luis Hernández. El 76% de los nacimientos que se registran en el Hospital de León -2.048 partos en el 2004- se producen en la sala de partos, mientras que un 24% de las madres tienen que ingresar en el quirófano al tener que ser sometidas a una cesárea para el alumbramiento. «Algunos, ni se asoman» La participación de los padres en este acontecimiento, aunque sea pasiva, es aconsejada como una forma de compartir con la mujer una de las vivencias más trascendentes para la pareja. Con todo, indica el doctor Hernández, son aún «muchos los hombres que a pesar de poder entrar a la sala de partos, ni se asoman». En cambio, el hospital no permite la entrada de los padres a la salas donde se realiza la segunda ecografía de las tres programadas durante el embarazo en el sistema público de Sacyl. «Realizamos una media de 30 ecografías ginecológicas al día y en muchas de ellas se practican pruebas invasivas -amniocentesis- por lo que tratamos ese lugar como si fuera un quirófano», justifica Hernández. La sala de ecografías se mantiene en la planta baja del edificio Princesa Sofía y está dividida en dos compartimentos. En los próximos meses está prevista su ampliación, pero aún se desconoce como se integrará en el futuro hospital una vez concluida la remodelación. En cuanto a las dos ecografías que se realizan en los ambulatorios el acceso de los padres «depende de cada ginecólogo». El jefe de Ginecología subrayó que en los centros salud donde se practican estas pruebas no hay establecida ninguna norma como la que citada en el centro hospitalario. Las matronas aconsejan en las clases de preparación al parto la participación de los hombres en todas las fases del embarazo, en el parto y después del nacimiento, pero son una minoría los hombres que acompañan a las embarazadas. «En los centros donde las clases son por la mañana viene esporádicamente algún hombre, pero se encuentran solos y no vuelven», reconoce una de las matronas de Atención Primaria de León.