Neurólogo
«Se ha avanzado, pero los tratamientos todavía no curan»
El especialista del Hospital de León señala que «no todo lo que tiembla es Parkinson»
Félix Fernández es el jefe del servicio de Neurología del Hospital de León donde trabaja un equipo de siete especialistas para una población que tiene unos 700 pacientes potenciales de Parkinson. Subraya que la asistencia que se ofrece a los pacientes, con una lista de espera de dos semanas, «es buena», aunque podrían introducirse mejoras con consultas monográficas. -El temblor es el síntoma más conocido del Parkinson, pero no es el único. -Asociar el temblor a Parkinson es una fuente de error. Se diagnostica mucho parkinson que no lo es. El temblor canta mucho, pero no es el síntoma capital, que son la rigidez y la acinesia, lentitud o pobreza en los movimientos voluntarios. No todo lo que tiembla es parkinson. -¿Existen factores ambientales que influyan en la aparición de la enfermedad? -Conocidos con seguridad, no. El único factor ambiental que ha demostrado que produce un cuadro parkinsoniano, no la enfermedad, era una droga de síntesis que se utilizó en los años 80 en California y que produjo muchos casos de síndrome parkinsoniano. -¿Se ha investigado la influencia de tóxicos como los de los productos fitosanitarios? -No hay evidencia. Hay personas que trabajan en la agricultura, en la misma actividad y con los mismos productos y no lo padecen. En el Parkinson, como en casi todas, se necesita tener una cierta predisposición genética y es posible qu algún factor medioambiental, desconocido todavía, acelere la enfermedad en esas personas. -¿Aparte del tratamiento farmacológico que otras medidas deben adoptarse? -El ejercicio físico y la actividad en general, no tanto la rehabilitación como la actividad física. De cualquier tipo, puede ser el trabajo en la huerta o el paseo por el monte. -¿Qué esperanzas se puede dar un parkinsoniano con la moderna cirugía? -Se trata de una cirugía paliativa que consiste en colocar un estimulador eléctrico mediante un cable en los núcleos del cerebro que se relacionan con la enfermedad. Pero no cura, hace lo mismo que la levodopa. -¿Y con las células madre? -Las células madre, que han despertado una expectación enorme, en este tipo de problemas va a tener un resultado muy limitado. Se consigue el mismo efecto que con la levodopa, incluso con sus efectos secundarios. -El panorama no es muy alentador. -La gran línea de investigación es ver en modelos animales las alteraciones moleculares de la enfermedad. Conociendo qué genes y proteínas están implicados habrá tratamientos no paliativos, como son ahora mismo, sino para prevenir la enfermedad o para curarla. Ahora hay podemos saber que una persona está predispuesta a la enfermedad (ganmagrafía cerebral, PET...), pero no tenemos manera de prevenir o de cortar su desarrollo. Veinte años para un enfermo son muchos, pero para un avance científico son pocos. La enfermedad se describió en 1817 y hasta 1970 no hubo un tratamiento eficaz. Los avances de los últimos han alargado la vida de los pacientes -de ocho a diez años a 15 o 20 años- pero esto es lo que hace que la enfermedad cada vez sea más compleja y enseñe más problemas.