Presidente del Comité de Ética Asistencial del Área de Salud de León y vicepresidente de la Comisión de Bioética de Castilla y León
«El médico debe respetar la negativa de un paciente a recibir tratamiento»
Mercadé sostiene que los confines de la vida -nacimiento y muerte-ocasionan la mayor parte de los conflictos mora
El otorrino Antonio Blanco Mercadé es presidente del Comité de Ética Asistencial del Área de Salud de León y vicepresidente de la Comisión de Bioética de Castilla y León. Asegura que el médico tiene el deber de respetar la voluntad del paciente «siempre que se ajuste a los límites legales» y aconseja que en el documento sobre instrucciones previas sea lo más concreto posible para evitar situaciones de duda en el momento crítico. El Comité de Ética Asistencial funciona en León desde 1998. Está formado por 16 especialistas de distintas disciplinas y su cometido es ser un foto de deliberación para tratar situaciones en las que existen conflictos de valores en la asistencia sanitaria. -¿Qué es un testamento vital? -Cuando una persona se encuentra en situación de incapacidad para decidir sobre procedimientos relativos a su salud hay que recurrir bien a las decisiones por sustitución o por representación (a través de un representante o, en su defecto, de las personas vinculadas por razones familiares o de hecho) o bien a las instrucciones dictadas previamente por el propio interesado cuando gozaba de capacidad para hacerlo. Es lo que se llama instrucciones previas o voluntades anticipadas. El término testamento vital es inadecuado por contradictorio, ya que el testamento hace referencia al tiempo posterior al fallecimiento. -¿Ha llegado al hospital algún paciente o representante con un documento de instrucciones previas? -Sí. Testigos de Jehová. Ellos traen su documento de instrucciones previas. El documento que ellos portan es para rechazar las transfusiones de sangre. Que me conste, no hay más casos. -¿Cuál es el procedimiento a seguir cuando un paciente presenta este documento? -El documento va dirigido al médico responsable, que es quien tiene que hacerse eco y obedecerlo, salvo que supere los límites que la ley establece. -Cuáles son esos límites? -Que lo que el paciente pide esté contraindicado para la enfermedad que se trata (por ejemplo si existe una hemorragia administrar un anticoagulante) o cuando la situación que se da no coincide con lo que el paciente anticipa en el documento. -¿Se respeta la decisión de un paciente de no ser entubado, que no se le alargue su vida artificialmente y que se utilicen los fármacos necesarios para eliminar el dolor? -Sí. Es la negativa a un procedimiento. Pero para eso no hace falta llegar a una situación terminal. Cualquier tipo de tratamiento hay que informar al enfermo. El médico propone el procedimiento, pero si el paciente lo rechaza no se puede dar a la fuerza. -Si un enfermo está en coma y no tiene capacidad para decidir, puede la familia tomar la decisión sobre su tratamiento o el paciente lo tiene que dejar por escrito?. -Se puede actuar de dos maneras: mediante decisión por representación (que en principio suele ser alguien de la familia) o con la existencia de un documento de instrucciones previas, que es prioritario incluso por encima de la voluntad de las familias. -¿Siempre se respeta? -Se debe respetar, siempre que no extralimite lo que antes he mencionado. -¿El paciente que tenga hecho un documento de instrucciones previas sabe que siempre se le va a respetar? -Sí, siempre. Es interesante que en el documento se sea lo más concreto posible y huir de lo genérico, para evitar después situaciones en las que no se sabe muy bien si la situación que se da en ese momento se acoge a lo expuesto por el paciente. -¿Aunque no exista el documento el médico se asegura de que el paciente no sufra durante los tratamientos? -Es una obligación para el médico evitar el sufrimiento del paciente. Hay que quitar el miedo a la población, lo que ha pasado en otros hospitales ha causado alarma. Intentamos curar cuando se puede, cuando no, aliviar. -¿Y lo de prolongar la vida innecesariamente? -Eso tiene un nombre, encarnizamiento terapéutico. Cuando se prolonga innecesariamente la vida se está superando la obligación del médico y eso es caer en una mala práctica de la medicina. -¿Quién toma la decisión de prolongar la vida por métodos artificiales? -Esa decisión no se puede tomar. El médico está para intentar curar, no para evitar la muerte. Nosotros somos unos derrotados a priori. La muerte es inevitable. -En los casos en los que el médico ve que hay posibilidades para salvar la vida de un paciente que se niega a recibir tratamiento ¿cómo se actúa? - Desde el comité de ética asistencial y de la comisión de transfusión hicimos el año pasado un protocolo de actuación interno para asesorar a los profesionales en este sentido. Es importante saber si el enfermo está capacitado psicológicamente para tomar una decisión de ese tipo en ese momento. Si actúa libremente, sin ninguna presión de grupo hay que respetar la negativa al tratamiento porque la ley así lo dice expresamente. -Cómo se sabe si está capacitado o no? -A veces hay que seguir un procedimiento que lleva su tiempo. No siempre corresponde al psiquiatra, porque no sólo invalidan los procesos psiquiátricos. Hay que asegurarse de que no existe una incapacidad legal, una valoración psicopatológica, si no es un mecanismo de defensa natural ante una determinada noticia sobre su salud, comprobar la autenticidad de la decisión y si está de acuerdo con su escala de valores -como ser Testigo de Jehová, por ejemplo- y otros procedimientos.