¿Premio Nobel o modelo?

El número de niñas superdotadas, que en Primaria es similar al de los niños, desciende «de forma alarmante» al llegar a la adolescencia, debido sobre todo a «la presión social» que hace que «todas quieran ser modelos y ninguna Premio Nobel». Así lo expusieron las organizadoras del V Seminario Internacional sobre Mujer y Superdotación, que se celebró en el mes de mayo en la facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Pilar Domínguez, directora de una investigación sobre la superdotación en niñas y adolescentes publicada en el año 2000, explicó que se ha observado que en Primaria hay aproximadamente un 45% de niñas de alta capacidad y un 65 %de niños, mientras que al dar el salto a Secundaria, la proporción de alumnas desciende al veinticinco por ciento. Esta «pérdida» de superdotadas, indicó, se debe sobre todo a «la presión social», ya que, dijo, se educa a las niñas «para responder a corto plazo en vez de a medio y a largo plazo». Además, añadió, se les inculca una «educación moral» de cuidado hacia los demás y no de proyección hacia sí mismas, lo que les impide desarrollar su identidad personal y su potencial humano. Obligadas a elegir Según Domínguez, profesora de Psicología Evolutiva y de Educación de la UCM, se obliga a las niñas a elegir entre «feminidad» y «superdotación» que es como «tener que elegir si amputar su mano derecha o la izquierda». En este sentido, la presidenta de la Sociedad Española para el Estudio de la Superdotación, Luz Pérez, dijo que este descenso de porcentaje de superdotadas en esta edad «tan crítica» se debe también en parte a «falta de adaptación» en el entorno social. «Nadie quiere a las empollonas», apuntó, y existe el problema de que en la vida diaria se vende el tipo de mujer «mona» y no inteligente, y esto conlleva a que «todas las niñas quieren ser modelos y ninguna sueña con ser un Premio Nobel». Elide Alfaro, coautora con Domínguez del informe sobre niñas superdotadas, señaló la importancia que tiene que estas niñas puedan contar con una ayuda «extra» en su proceso formativo, pues su éxito profesionaly personal depende de ello. Si no se presta esa ayuda necesaria, añadió, estas personas pueden tener dificultades académicas, así como dificultades para desarrollarse e identificarse con sus propias capacidades, lo que resultaría en una «gran pérdida» para la sociedad actual que está «muy necesitada» de su talento.