El estrés postraumático es un riesgo profesional en el periodista

Expertos reunidos en Madrid en el seminario Emociones, traumas y buen periodismo insistieron que los periodistas deben asumir la aparición del desorden de estrés postraumático como «un riesgo profesional» más puesto que están con contacto con los sucesos trágicos. «Los periodistas, al igual que los policías, los bomberos o el personal sanitario de rescate, son profesionales de primera respuesta ante una tragedia o acontecimiento violento. Y como ellos, son susceptibles de sufrir el desorden de estrés postraumático», aseveró Mark Brayne, director para Europa del Dart Centre for Journalism and Trauma. «Ya es hora de los periodistas se tomen en serio este riesgo profesional», agregó. Síntomas Así, los síntomas más destacables, que suelen ser de mayor consideración si la violencia deriva de los seres humanos, son el síndrome de reexperimentación -con sueños sobre la tragedia, sensación de revivirla que genera ansiedad, temblores-, el de evitación y embotamiento afectivo -se omite lo ocurrido- y síndrome de hiperactivación -insomnio, actitud hipervigilante-, aclaró el doctor Francisco Orengo, psiquiatra de la Unidad Psicosocial de la Dirección General de la Mujer de la Comunidad Autónoma de Madrid. En cuanto al tratamiento, aunque es difícil detener este proceso, hay que reaccionar antes de que se agrave. Para ello el periodista debe recibir todo el apoyo de sus directivos y editores, de modo que se eliminen todos los estigmas sociales relacionados con estos problemas. «No resulta aconsejable acudir a los fármacos, excepto para aliviar síntomas como el insomnio y siempre bajo supervisión psiquiátrica», comentó Orengo. El Instituto Nacional Británico para la Excelencia Clínica ha establecido la utilización de terapias psicológicas como la terapia cognitivo-conductual, la terapia por exposición o la psicoeducación junto con terapias de relajación para el manejo de la ansiedad. Los profesionales más vulnerables a estos procesos son los más inexpertos o aquellos que ya han sido testigos de demasiadas tragedias. Los periodistas afectados, puntualizó el psiquiatra, deben tener facilidades para acudir a profesionales de salud mental especializados, lo que sería necesario si, después de dos o tres meses de la tragedia relatada, siguen manifestando síntomas de desorden.