El 60% de los enfermos bipolares mejoran con el tratamiento de litio

De la manía y la euforia desproporcionadas a una depresión tan profunda que puede llevar al suicidio. El trastorno bipolar es una enfermedad mental que afecta a más del 1,5% de la población y cuyo origen aún se desconoce, aunque es una de las que «tiene un horizonte más esperanzador» en cuanto a control de recaídas debido a la eficacia de los tratamientos farmacológicos, según señaló ayer el psiquiatra del Hospital de León y presidente del Grupo de Estudios Psicoanalíticos de Castilla y León Roberto Martínez de Benito. Desde que en 1949 se descubrió el litio (Cade) se modificó por completo el tratamiento en las enfermedades maníaco-depresivas. «Tiene una efectividad grande puesto que hasta el 60% responden bien al litio», subrayó el médico. Asímismo, determinados medicamentos antiepilépticos resultan eficaces en el tratamiento de los trastornos del humor. «Lo importante no es tanto el tratamiento de las fases, que también lo es, como el litio y estos estabilizadores del humor para evitar las recaídas, pues evitándolas la calidad de los pacientes es buena», agregó. El trastorno bipolar y su integración en la sociedad de Castilla y León es el tema de uno de los cursos de verano de más aforo -52 personas matriculadas, casi todas mujeres- de los que organiza la Universidad de León, señaló Antonio Maya, director de los cursos de verano y accidentalmente de este en particular, durante el acto de inauguración. «Es una enfermedad que empezó viéndose como si fuera episódica y después se ha visto como un trastorno que sigue en el tiempo, bien en el polo de la manía, bien en el polo de la depresión y en medio hay una fase de remisión o normalidad», explicó el psiquiatra. Actualmente el trastorno bipolar se diagnostica con más frecuencia porque «hay más trastornos que se incluyen dentro del espectro bipolar», añadió Martínez. Además «se ha mejorado mucho el diagnóstico» ya que personas que hace veinte años eran diagnosticadas como esquizofrénicas hoy se sabe que su trastorno pertenece al espectro de la bipolaridad. Pero aún así la enfermedad, desde que aparece, puede tardar años en diagnosticarse, entre otras cosas, porque «son cuadros que tienen que ser vistos en evolución». Incluso en la actualidad se cree que hay depresiones del espectro bipolar detrás de muchos diagnósticos de depresión, especialmente en los casos recurrentes. El curso, que se imparte en la Facultad de Educación, se prolonga hasta el viernes y abordará psicoeducación, clínica, asociacionismo, manejo del trastorno en atención primaria y problemática social.