Muy pocos pacientes siguen el tratamiento Sobrecargados por la difícil convivencia

Durante el debate sobre la aportación de las organizaciones sociales a la enfermedad mental la gerente de Alfaem, Rosa María Conde, expuso el contacto directo de esta asociación con el trastorno bipolar y con la enfermedad mental en general. En el 2004, el 7,4% de los pacientes atendidos en Alfaem tenían diagnosticado trastorno bipolar y de los 54 que acuden al centro ocupacional el 9,25% (cinco) también padecen la enfermedad. Los problemas más frecuents del enfermo mental crónico es que a menudo presenta problemas de autonomía, lo que acaba suponiendo un deterioro en el autocuidado. Muy pocos siguen adecuadamente el tratamiento farmacológico y la mayoría son incapaces de mantener un hogar, acudir a sus citas y conservar un trabajo remunerado. Según la experiencia de Alfaem pocos son capaces de manejar adecuadamente el dinero. Muchos pacientes tienen baja autoestima y la mayoría son vulnerables al estrés y presentan dificultades en distintas áreas de la vida diaria. La principal necesidad de las familias es la información y la formación para afrontar la convivencia. Sin apoyo y orientación continuados -aseguró Rosa María Conde- «el sufrimiento y la impotencia agravan el curso de la enfermedad». Las familias manifiestan una clara desorientación sobre la comprensión del trastorno. Hay desaliento, poca iniciativa y falta de control. Aparecen sentimientos de culpa, ira, miedo, rechazo, resentimiento, amargura y pena, así como problemas de aceptación. Existe una baja autoestima entre los familiares, con una gran estigmatización social y una supuesta falta de éxito en sus intervenciones. La mayoría tiene una sobrecarga por la difícil y conflictiva convivencia con el enfermo. La familia precisa de apoyos y alivio en su carga diaria. También es necesario que se ayude a las familias a valorar y objetivizar su compromiso emocional y económico en la atención al paciente. Necesitan liberarse de de la maraña de sentimientos y tomar decisiones realistas.