«Los niños pueden ser traviesos pero una conducta producida por este trastorno no es una elección»
El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDHA) tiene un origen neurológico y está provocado por un desequilibrio de algunos de los neurotransmisores del cerebro. Los niños que lo padecen presentan tres síntomas en diverso grado y combinados entre sí: déficit de atención, impulsividad e hiperactividad motora en algunos casos. En concreto, se ha onservado que detrás de este comportamiento anormal existe una disminución de dos neurotransmisores -dopamina y noradrenalina- en la región frontal. El niño con TDAH tiene una gran dificultad para prestar atención y concentrarse, presenta un nivel superior de actividad dada su edad y es muy impulsivo. Según la Federación Española de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad los niños son más propensos a padecerlo que las niñas y las conductas se manifiestan al menos en dos ambientes de su vida, en la escuela y en la familia. Existen tres tipos de TDAH: el hiperactivo-impulsivo, el inatento y el que combina estos dos perfiles (hiperactividad, impulsividad e inatención). Según la federación de asociaciones de familias, hay que tener en cuenta que no todos los síntomas son iguales en todos los pacientes y que además pueden existir diferentes grados de gravedad. La diferencia con un niño travieso es que en los niños con trastorno por déficit de atención los síntomas son más intensos de lo que se espera, se manifiestan en más de un lugar y suelen prolongarse durante más de seis meses. Aunque no tienen rasgos físicos que los identifique entre los comportamientos más llamativos figura su dificultad para mantener la atención en los detalles y comete errores por descuido en los deberes escolares y otras actividades. La importancia de detectar a tiempo este trastorno es crucial puesto que «con un reconocimiento y tratamiento precoz pueden evitarse problemas como disminución del rendimiento académico, abandono escolar, inadaptación social y desajuste emocional». Los expertos recuerdan el componente altamente «hereditario» del Tdha y su estrecha vinculación con la genética, más que con el ambiente. Esto quiere decir que los niños «pueden ser traviesos por querer serlo, pero una conducta producida por este trastorno no es una elección». LAS TRES CLASES DE TDAH Hiperactivo-Impulsivo: No puede estar sentado y actúa actúa antes de pensar. Inatento: No parece escuchar cuando se le dirige la palabra. Combinado: Muestra los rasgos característicos de las dos variantes anteriores.