Diario de León

| Crónica | Psicoanálisis y escuela |

«Faltan nuevas herramientas ante la crisis de autoridad en las aulas»

Frente a la respuesta de «no hacer caso» a los niños molestos y problemáticos, el psicoanálisis propone la escucha y la atención para abordar el malestar presente en la escuela del siglo XXI

León

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El psicoanálisis es un gran desconocido en la sociedad actual y más extraño puede parecer aún que los psiquiatras, psicólogos y pedagogos integrados en esta corriente se planteen que pueden hacer por la escuela. Basta recordar, sin embargo, que entre los primeros discípulos de Freud figura Oskar Pfister, quien aplicó el psicoanálisis a las técnicas pedagógicas. «Freud trabajó durante diez años en un centro infantil como pediatra», recuerda Roberto Martínez de Benito, presidente del Grupo de Estudios Psicoanalíticos de Castilla y León, colectivo que celebró recientemente unas jornadas sobre psicoanálisis y escuela en León, con el apoyo de Sacyl. Desde el psicoanálisis pretenden contribuir a la adaptación necesaria a un nuevo mundo, el actual, en el que la disciplina, como la ley paterna, desaparecen. Para ello se requiere una nueva mirada, creer que «hay otra manera de hacer las cosas, en la que se tienen en cuenta los problemas». Las jornadas sobre psicoanálisis y escuela responden al malestar que observan en el profesorado: «Hay mucha preocupación entre ellos, cuando no están desorientados o desbordados» por los problemas de trato y de las nuevas patologías patologías sociales. Pero el psicoanálisis, añaden Martínez de Benito y Antonio García Cenador. «Ante una crisis las respuestas de antes no sirven, hay que hacerse preguntas nuevas y buscar respuestas nuevas» y, desde luego, recalcan, quienes están obligados a buscar estas respuestas son los profesores, no el alumnado. «Faltan herramientas ante la crisis de autoridad en las aulas», agregan. La escuela perece de éxito, según la tesis defendida por la profesora de la Universidad de León Blanca Doménech, pues lo cierto es que la sociedad asiste a un fenómeno completamente nuevo: ahora, hay cien por cien de escolarización con el cien por cien de las patologías, mientras que antes asistía a la escuela quien podía y quien quería. La respuesta del psicoanálisis es escuchar al sujeto que está sufriendo. Y los psicoanalistas defienden, frente a otras tendencias, que a los niños molestos y problemáticos «hay escucharlos», no consideran válida la opción de «no hacerles caso» para que cesen en sus conductas molestas. El psicoanálisis no niega que existan una serie de conductas problemáticas, pero rechaza que a nuevas patologías como la hiperactividad se añadan calificativos morales de «niños molestos, rebeldes, insoportables» en vez de buscar preguntas y dar respuesta. «La gente responde cuando le pones un marco de atención», subrayan Martínez y Cenador. El malestar del profesorado radica, a juicio de los psicoanalistas, en que «hay una demanda que no entienden, no saben cómo abordar el problema; no tienen herramientas, hay desconcierto», pero también es fundamental «el deseo de la docencia». Pero a los colegios apenas se va «a impartir y a recibir» y son muchos los que carecen de motivaciones, además de medios e imaginación, para afrontar la situación de crisis que se vive en las escuelas.

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