La ley, que está en trámite parlamentario, prohíbe fumar en el puesto de trabajo desde el 1 de enero
Los programas para dejar de fumar tienen lista de espera de empresas
El Plan Muncipal contra las Drogas aumenta de uno a cuatro los monitores para impartir cursos
Las empresas de León también están en lista de espera. La entrada en vigor de la nueva ley contra el tabaco ha provocado que los empresarios leoneses aceleren los trámites para que los trabajadores accedan a los programas de deshabituación. El Plan Municipal contra las Drogas y la Asociación Española contra el Cáncer, además de las mutuas sanitarias, se han empleado a fondo en los últimos meses en distintas empresas de León y particulares que han confiado en sus programas para que sus trabajadores abandonen este hábito. A partir del 1 de enero ningún trabajador podrá fumar en su puesto de trabajo, ni tendrá posibilidad de acceder a una sala exclusiva para este hábito, según está planteada la ley, que actualmente está en trámite parlamentario. El único lugar donde podrá satisfacer su necesidad de nicotina será en la calle. La puesta en práctica de esta medida supondrá un cambio importante en los hábitos laborales, por lo que las empresas quieren evitar mayores contratiempos. «Hay empresas que están esperando para que vayamos a dar cursos, pero de momento es imposible porque tenemos todo el programa cubierto». Así de tajante es el coordinador del Plan Municipal contra las Drogas, Eleodoro Gutiérrez, que vaticina que a partir del 1 de enero las peticiones seguirán aumentando. «Nos ha desbordado la lista de espera», asegura. Esta avalancha de peticiones ha provocado que el Plan Municipal contra la Droga pase de tener un especialista de apoyo para impartir los cursos a los cuatro que estarán a pleno rendimiento a partir del 1 de enero. «En este momento hay media docena de empresas esperando, que ofertan estos cursos de deshabituación de una manera totalmente gratuita y en horario laboral». Grupos de quince personas -los programas que se hacen para particulares no superan las siete personas en un mismo grupo-, «hay empresas en las que hemos tenido que hacer más de un curso porque el número de trabajadores que se ha apuntado superaba la media recomendable en cada grupo», afirma Gutiérrez.