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| Entrevista | Elisardo Becoña |

«La ley debería ser más restrictiva todavía»

«Cada semana que pasa sin la entrada en vigor de la ley, en León mueren varias personas por el tabaco». Así de tajante es el ideólogo de uno de los tratamientos más utilizados para dejar de fumar

El catedrático Elisardo Becoña

Publicado por
C. Tapia - león
León

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Ideó el método que la mayoría de los profesionales utiliza en los cursos para dejar de fumar. El 80% de los exfumadores que optaron por su terapia recordarán a Elisardo Becoña y a su equipo de ayuda como los profesionales en los que un día confiaron con muchas ganas pero con pocas esperanzas de éxito. «Nuestro tratamiento, que se está implantando con un alto porcentaje de éxito, está en la línea de los tratamientos psicológicos importantes», asegura este catedrático responsable de la Unidad de Tabaquismo de la Facultad de Psicología de la Universidad de Santiago de Compostela. Los responsables de las Asociación Contra el Cáncer y los del Plan Municipal contra las Drogas imparten los cursos en León con su método. Becoña insiste en que lo importante de un buen tratamiento es evitar la recaída. Para ello el método de este catedrático, desarrollado en los años 90, presta especial atención tanto a la dependencia fisiológica, como psicológica - «la más difícil de erradicar»- y el ambiente social, que favorece las recaídas. Becoña es tajante con los críticos de la ley. «Las únicas críticas surgen del club de los fumadores o los hosteleros, pero hay que decirles que la salud no se puede comprar con dinero». Becoña deshace los argumentos de los contrarios a la prohibición de fumar en los trabajos y la obligación de habilitar sala de fumadores en hostelería. «Habrá un periodo de adaptación, que me parece excesivo que sea de 18 meses, como se ha aprobado en el Senado, porque el número de muertes se mantendrá durante todo ese tiempo», asevera. Y ahonda más en la herida: «En el hospital de León hay personas que van a morir esta semana por el consumo del tabaco y eso no es sostenible socialmente». Opina que la ley que entrará en vigor el 1 de enero debería ser aún más restrictiva, «porque la gente que fuma no lo hace libremente, sino que tienen una dependencia», y opina que la solución para que los jóvenes no se enganchen al hábito es que se establezca un precio mínimo para el tabaco, «en Reino Unido, por ejemplo, el precio mínimo de es 7 euros».