Diario de León

Desánimo, redes invisibles y falta de corresponsabilidad familiar hacen el «techo de cristal»

Los hombres dirigen la escuela pese a ser un espacio feminizado

Con un 62,68% de maestras, más de la mitad de las direcciones están en manos de hombres

León

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La escuela es uno de los ámbitos profesionales más feminizados de la sociedad: un 62,68% de los puestos en la enseñanza primaria están ocupados por maestras y, en la educación secundaria, hasta un 42% del profesorado son mujeres. Pero la feminización no es proporcional en las cúpulas de dirección de escuelas e institutos. En la enseñanza primaria un 52,79% de los puestos de dirección están ocupados por hombres y en secundaria la presencia masculina en la dirección es del 74,97%. La investigación elaborada por un equipo multidisciplinar de las universidades de León, Burgos, Segovia y Valladolid indaga por primera vez en las razones que hay detrás del «techo de cristal» de las mujeres en las organizaciones escolares. El trabajo, publicado en enero por la editorial Octaedro, extrae sus conclusiones de los 2.022 cuestionarios formulados a profesoras, otros 606 repartidos entre directores y directoras en ejercicio, así como 60 entrevistas, 14 grupos de discusión y 16 biografías. Según señala Eloína Terrón, una de las coordinadoras de la publicación, la singularidad de la investigación es que «las propias directoras explican las dificultades para acceder el cargo, cómo se ven en el ejercicio de la dirección y que barreras y aspectos positivos se han encontrado en su desarrollo». A su juicio, abordar estas cuestiones «es muy importante porque si hablamos de educar en igualdad tenemos que tener en cuenta que el alumnado no sólo se educa por lo que se le dice, sino también por lo que ve». Y el mensaje que se les transmite con estas cifras es que «los hombres son más válidos para ejercer la dirección». La investigación subraya que las razones por las que las mujeres llegan en muy desigual proporción que los hombres a los puestos directivos -en un sistema que es abierto a hombres y mujeres- «no son nunca claras». La costumbre social es uno de los aspectos analizados. «Cuando un hombre se presenta, el contexto cercano le apoya y le anima, pero cuando se trata de una mujer de alguna forma se le hace pensar que para qué se va a meter en líos o perder el tiempo...», indica Terrón. Estrategias de desánimo Las estrategias de desánimo «envueltas en un hálito de ayuda» no sólo son utilizadas por la familia, sino también por el entorno social y profesional, lo que, además, redunda, en que la mujer «siempre tenga más angustia y ansiedad , se sienta culpable de abandonar a la familia o a los hijos por el cargo», precisa. Las responsabilidades familiares no son el único obstáculo que se encuentran las mujeres para acceder a los puestos de dirección. De hecho, el 75% de las mujeres directoras que participaron en el trabajo tienen familia a su cargo. A los investigadores les ha llamado la atención el hecho de que «las mujeres expresen cómo compatibilizan la vida familiar y laboral», pero no los hombres. En este sentido, una de las conclusiones del libro La cultura de género en las organizaciones escolares subraya que «no es que las mujeres rehuyan los cargos directivos, sino que los hombres rehúyen las responsabilidades familiares». Falta de confianza Además, las expectativas que tiene la sociedad sobre cómo van a ejercer el poder hombres y mujeres son muy distintas. «Son mejores para los hombres y se da por supuesto que las mujeres lo van a hacer peor», apunta Eloína Terrón, técnica de los equipos de orientación psicopedagógica de León y responsable de Mujer en Comisiones Obreras. Las mujeres, a la hora de plantearse ser directoras, tienen también en cuenta que no van a contar con el mismo apoyo. De hecho, el 21% de las encuestadas manifestó que, en igualdad de condiciones, la mujer es discriminada para acceder al cargo directivo porque «se presupone la mayor valía de los hombres» y, como consecuencia, una mayor credibilidad de los directores ante el profesorado y el alumnado. La percepción de estos obstáculos por parte de los hombres es mínima. Sólo el 3,4% de los directores opina que las mujeres tienen más dificultades para el cargo.

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