Los soportes audiovisuales ganan terreno al libro en las bibliotecas

«El ver mucho y leer mucho avivan los ingenios en los hombres», escribió Miguel de Cervantes. Ese es uno de los objetivos de la lectura, que es más que un placer, porque ayuda a mantener engrasados los mecanismos lingüisticos del cerebro. Los expertos aconsejan no obligar a los niños a leer, pero es responsabilidad de los padres crearles un hábito que facilite el acercamiento a los libros, sin imponer contenidos. Ellos eligen. Lo mejor es dejarse aconsejar por un buen profesional- que suelen estar en los colegios o en las bibliotecas- sobre los libros más adecuados para cada edad y etapa de la vida. «Muchos de esos libros no están en las listas de los más leídos, porque los niños se dejan llevar por las modas», asegura Ana Fromista, subdirectora de la Biblioteca Pública de Santa Nonia. Además, «ser un buen lector no significa que gusten todos los libros», dice esta profesional que defiende la lectura de novelas rosas para las personas poco adiestradas en el hábito. «Hemos debatido mucho sobre cómo enganchar a las personas que no leen, se empieza por la novela rosa y se acaba leyendo el Quijote», afirma. Pero una tendencia es evidente. Los niños están cambiando sus gustos. Las bibliotecas ven cómo aumentan los préstamos de los soportes audiovisuales -películas, música, juegos educativos - y disminuye el de los libros. «Están cambiando los esquemas, pero el libro nunca desaparecerá. Puede que cambie el concepto de cultura, pero eso es la sociedad la que lo tiene que valorar». Un total de 3.522 niños pasaron por la biblioteca en el mes de febrero que utilizaron 5.774 veces el servicio de préstamo infantil. Además, 182 niños acudieron en grupos con sus profesores a visitar el centro de lectura. «Aquí estamos contentos. Yo no me quejo. Pienso que tenemos un buen número de ususarios infantiles, pese a que suelen ser las bibliotecas de los barrios las que tienen más visitas de niños, porque en el centro la población infantil es menor». Las edades a las que más se acude a la biblioteca es la que está comprendida entre los 8 y los 11 años. «Los adolescentes y preadolescentes abandonan la biblioteca, pero luego vuelven porque les engancha el material audiovisual». Dos personas especializadas trabajan en los talleres de hábito a la lectura, que cada mes cambia de temática. Están destinados a niños de entre 6 y 12 años a los que se enseña que el libro es como un medio de juego y aprendizaje, tratando de buscar las estrategias para que la lectura sea algo agradable y despertar la inquietud por adquirir nuevos conocimientos. «Un libro verdadero es tan material y necesario como una barra de pan o un jarro de agua» MUÑOZ MOLINA «Leo novelas porque el mundo está mal hecho y la ficción literaria me ayuda a corregirlo» JUAN MARSÉ