La sociedad tiene que encarar la atención a los pacientes terminales

El cáncer, palabra maldita, procede del vocablo griego karkinos cuyo significado es cangrejo y que se «aplicaba a aquellas lesiones con aspecto de un cuerpo con ramificaciones parecidas a las patas de un cangrejo». Esta descripción se corresponde con los tumores de etapas muy avanzadas. La enfermedad, de la que hay más de 200 variantes, se considera sinónimo de muerte pese a que se cura en el 50% de los casos. Considerada propia de las sociedades desarrolladas, se ha podido diagnosticar en momias de Perú con 2.400 años de antigüedad, indica el capítulo sobre prevención en Atención Primaria en el que se incide sobre el papel crucial de este eslabón básico de la cadena sanitaria para educar a la población y luchar contra los factores de riesgo. La prevención y el diagnóstico precoz son los ámbitos que más éxitos cosechan en la lucha contra la enfermedad, aunque habitualmente relumbran más los avances diagnósticos y de tratamiento. Cuando el cáncer gana la batalla, la sanidad también tiene algo que hacer. El libro tiene un capítulo dedicado a los cuidados paliativos de pacientes terminales, en el cual se advierte de la necesidad creciente de esta especialidad. «Es un problema al que debe enfrentarse nuestro sistema sanitario público y toda nuestra sociedad», precisan los profesionales de enfermería Diego Prados, Antonio Gómez y María Teresa Megías. Los cuidados paliativos se iniciaron en el Reino Unido en los años 60 y actualmente en España hay unos 300 dispositivos de atención, incluidos los cuidados domiciliarios. Hay un compromiso del Gobierno de ampliar la cobertura.