«La violencia hacia la mujer es un problema de salud pública»

El noventa por ciento de los casos de violencia de género pasan desapercibidos, aunque esta lacra constituye uno de los principales problemas de la sociedad. Así lo señala la guía sobre malos tratos editada por la Sociedad Castellano y Leonesa de Medicina de Familia y Comunitaria y Sacyl. Se trata de la primera Guía de Actuación ante los Malos Tratos contra la Mujer para los médicos de familia, elaborada por María del Carmen Fernández Alonso y Sonia Herrero Velázquez con el objetivo de ofrecer respuestas de actuación a los profesionales de Atención Primaria. La doctora Fernández subraya que «es tan preocupante que se detecten un número tan pequeño de casos», tan sólo el diez por ciento, como que cuando se llega a una mujer maltratada, haya sufrido la situación durante una media de ocho a diez años. La no consideración de los malos tratos como un problema de salud ha impedido que las facultades de medicina incluyesen dentro de sus programas este problema. -¿La medicina familiar tiene los ojos cerrados ante un problema tan grave? -Hasta hace poco los profesionales sanitarios no han visto el problema de la violencia hacia la mujer como un problema de salud pública, sino privado, como lo consideraba la sociedad. En la carrera no se estudia. Afortunadamente, esto está cambiando y hoy es un problema de saluda de alta prevalencia y graves consecuencias. -¿Qué papel tiene la Atención Primaria en la detección de los malos tratos? -En Atención Primaria por el lugar que ocupamos tenemos la posibilidad de detectarlo más precozmente. Y como problema de salud debemos intentar llegar a un diagnóstico. -¿Cuál el perfil de una mujer maltratada? -Cualquier mujer puede ser víctima, aunque hay situaciones de mayor riesgo: contextos de violencia en la familia de origen, gran dependencia económica y psicológica... Pero está demostrado que incluso mujeres de alto nivel cultural pueden sufrir violencia. -¿Cómo ayuda la guía a los profesionales? -Ofrece una serie de pistas sobre la situación de maltrato, que son muy importantes porque con frecuencia la mujer no lo confiesa. Algunos rasgos comunes son la hiperfrecuentación de las consultas con síntomas no claros, cuadros de ansiedad, insomnio, somatización. Ante estas situaciones debemos pensarlo y debemos preguntarlo. A la mujer no le va a molestar, muchas veces le ayuda. -¿Qué tiene que hacer un médico que reconoce el maltrato en una paciente? -Entender y apoyar a la mujer, dejar clara su oferta de disponibilidad y ayuda y canalizar sus necesidades. La violencia no sólo tiene un abordaje sanitario, sino también de servicios sociales, jurídicos y también de salud mental para el apoyo psicológico. El profesional tiene que canalizar estas demandas, orientar a la mujer y hacer un seguimiento porque el proceso de cambio de la mujer va a ser muy lento, no se resuelve en una consulta. -Es decir, que los médicos tienen que asumir un papel activo. -Siempre hay que respetar la voluntar de la paciente, lo que va a hacer es canalizar sus demandas pero nunca va a decidir por la mujer. -¿Qué otras aportaciones destacaría? -Su objetivo primordial es sensibilizar a los profesionales de que la violencia es un problema de salud pública y darles herramientas para que sepan detectar el problema, principalmente a través de la entrevista clínica. Una vez detectado, le orienta sobre cómo abordarlo. -¿Tiene obligación legal de denunciar al juez la situación de maltrato? -Hay que valorar cada situación. Es un asunto muy complejo; en la guía matizamos que la obligación legal de comunicar al juez se valorará en función de la gravedad de la situación. -¿Se cura el maltrato? -El objetivo es detectarlo precozmente y evitar las consecuencias que tiene. Los profesionales tenemos un papel en la prevención, pero la verdadera prevención está en la sociedad. La educación en igualdad, que acabe con los roles tradicionales de hombre y de mujer. Cuando eso sea entendido se habrá curado el maltrato.