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Ni una moneda más

La autoprohibición del juego y dejar de manejar dinero, claves de la terapia

León

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La ludopatía es definida por la psicóloga Inmaculada Baños como «una adicción social en aumento porque es una de las enfermedades de la negación que cuando se descubre, la persona ya lleva años jugando». Las claves de la terapia son, según su experiencia, «la motivación, que pasa por el reconocimiento del problema» y «que desaparezca el juego, no creo que sea eficaz el juego controlado», apostilla. Para abandonar el juego los pacientes frecuentemente se tienen que someter a un control familiar de su economía más doméstica. De hecho, dejar de manejar dinero es una de las exigencias de la terapia como paso previo a la autoprohibición. A los pacientes se les aconseja comunicar que se padece la enfermedad a las personas más cercanas, asumir las consecuencias del pasado y estar permanentemente en alerta porque las recaídas son una posibilidad con la que hay que contar. La psicóloga defiende que el juego «es un síntoma, no la causa» de la enfermedad; por tanto, es necesario cambiar los objetivos y las metas de las personas que entran en tratamiento. Las terapias que se ofrecen en la Asociación Leonesa de Ayuda a Ludópatas son colectivas, pero «quien necesite terapia individual también tiene acceso a ella», precisa. Otra de las claves es el trabajo con la familia. Se pretende que «cambien de actitud hacia el enfermo y no se sientan culpables de lo que hace, pero tampoco le protejan ni le encubran», señala. Una de las peculiaridades de la ludopatía, sobre todo en el caso de los varones, es que «está muy unida al alcoholismo; tan unidos se presentan en ocasiones que uno puede ser la causa o el efecto del otro», precisa. Para ayudar al enfermo, lo primero es «ayudarle a descubrir y reconocer la ludopatía», pero también tener con él una actitud de cierta tolerancia y animarle a que cambie sus hábitos de vida, lo que incluye ayudar a descubrir «conductas alternativas y más satisfactorias». En definitiva, «el problema tiene solución» y hay que empezar por hacer ver al enfermo que la tiene ayudándole a afrontar y a vencer el desánimo. Aunque resulte duro, es posible que haya que apoyarle para remontar una recaída.

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