Cuatro millones de niños mueren en su primer mes de vida

Cuatro millones de niños mueren cada año en su primer mes de vida por causas previsibles y controlables como infecciones, complicaciones durante el parto o bajo peso al nacer. De ellos, dos millones fallecen en sus primeras 24 horas. Una serie de intervenciones de bajo coste reducirían la mortalidad de los neonatos en un 70%, según el séptimo informe anual «El Estado Mundial de las Madres 2006» de la organización Save the Children. Por otro lado, a juicio los expertos de la ONG, cada año unos 60 millones de mujeres dan a luz en casa sin ningún tipo de asistencia. De ellas, más de medio millón fallece durante el parto o por las complicaciones del embarazo. Estos índices de mortalidad aumentan en los países en vías de desarrollo, donde se concentran el 99% de las muertes de recién nacidos y el 98% de las madres fallecidas. A la presentación del informe acudieron el viernes pasado la ministra de Sanidad, Elena Salgado; la subdirectora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Joy Phumaphi; y la patrona de Save the Children, María Jesús Mohedano. Futuro optimista Salgado, que juzgó «estremecedores» los datos del documento, instó a «mirar al futuro con optimismo y esperanza». A su juicio, «salvar vidas tiene tan bajo coste que depende de la voluntad política» por lo que es necesario un compromiso global basado en los derechos humanos. «Está en nuestras manos hacerlo», concluyó la ministra. Joy Phumaphi también alentó a participar «todos juntos» como única solución para alcanzar resultados. Según la miembro de la OMS es un imperativo social, económico, ético y moral del que «somos responsables», señaló. Por su parte, la patrona de Save the Children incidió en que, a pesar de los resultados positivos de la última década -se redujo la mortalidad infantil un 14%-, la cifra de las muertes de recién nacidos «sigue intacta». Mohedano hizo un llamamiento para «encontrar soluciones con voluntad política».El informe de la oenegé establece que la educación, la alimentación y el acceso son la solución a las elevadas cifras de mortalidad infantil. Estas prácticas prevendrían tres de cada cuatro muertes.