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Los especialistas instan a acudir al médico de atención primaria para realizarse chequeos | Crónica | Modalidades de tratamiento |

Los nefrólogos alertan del riesgo cardiovascular en enfermos renales Veintiséis leoneses se hacen la diálisis en su casa

La obesidad, la diabetes y la hipertensión son los tres grandes enemigos del riñón

Manuel Granda, jefe de servicio de Nefrología del Hospital de León, insta a la detección precoz

Publicado por
Carmen Tapia C. Tapia - león león
León

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El aumento de pacientes con diabetes, hipertensión y obesidad ha puesto en alerta a los nefrólogos (especialistas que tratan las enfermedades del riñón). «Hay que concienciar a la gente de lo que está pasando, cada vez hay un mayor número de pacientes con insuficiencia renal», asegura el jefe de servicio de Nefrología del Hospital de León, Manuel Granda. Este incremento está cuantificado. Según la Organización Nacional de Trasplantes, los enfermos con necesidad de diálisis podrían aumentar en un 50% en el próximo decenio. Una de cada diez personas mayores de 20 años tiene una enfermedad renal crónica. Un 30% de la población mayor de 70 años padece una enfermedad renal, pero esta cifra está creciendo. Los especialistas alertan de que estas dolencias son irreversibles y tienen como consecuencia que un porcentaje muy elevado de enfermos muera por complicaciones cardiovasculares. «La enfermedad renal crónica no sólo significa diálisis, sino que la mayoría de estos pacientes mueren por complicaciones cardiovasculares», puntualiza Granda. Las estadísticas de los expertos dicen que las enfermedades cardiovasculares afectan cinco veces más a los enfermos que tienen una enfermedad en el riñón que al resto de la población. «Hay que actuar muy precozmente», dice Granda. Por eso es fundamental el seguimiento que tienen los médicos de Atención Primaria sobre la población en general y un escrining precoz en pacientes diábeticos para utilizar armas terapéuticas que palien el daño renal y eviten el riesgo cardiovascular. Síntomas «Es difícil de enumerar cuáles son los síntomas de la enfermedad renal en los estadíos precoces, pero sabemos, sin lugar a dudas, de que la obesidad es el principal factor de riesgo», asegura Granda, que aconseja, como medidas de prevención, vigilar los hábitos dietéticos, hacer ejercicio físico y controlar el peso. El Área Sanitaria de León tiene a 150 personas que se someten a diálisis por problemas renales, 25 de ellos están esperando un trasplante. «La normal general es que sea la lista de espera la que establece el orden para realizar un trasplante, pero, en ocasiones, llegan pacientes en un estado grave que no pasan por la lista de espera», asegura Granda. En total, 225 leoneses viven su vida con cierta normalidad tras ser sometidos a un trasplante de riñón. Beber agua Hay un creencia popular de beber mucha agua es bueno para el riñón Esto no es del todo cierto. Sólo las personas que en algún momento tengan cálculos en el riñón deberán hacer una mayor ingesta de líquido, algo que no afecta a las personas que no padecen una enfermedad renal. «Hay que beber el agua que el cuerpo te pida», dice Grande, que apunta como más importante evitar la ingesta de sal «que es el verdadero enemigo en nefrología». La recomendación es sencilla: dieta sin sal y el agua que el cuerpo pida. Veintiséis enfermos renales han optado en León por realizarse la diálisis en casa. La edad media de estos pacientes ronda los 65 años. Esta técnica se llama «diálisis peritonial» y es uno de las modalidades de tratamiento para la enfermedad. La diálisis peritoneal utiliza una membrana natural -el piritoneo- como filtro. El fluido de diálisis se introduce en la cavidad peritoneal a través de un pequeño tubo flexible, de material plástico, que el especialista ha implantado en el abdomen del paciente. De esta forma puede conectarse a las bolsas de solución de diálisis. El catéter queda oculto bajo la ropa. Mientras el líquido esté en la cavidad peritoneal se producirá la diálisis : el exceso de líquidos y los productos de desecho pasan desde la sangre, a través de la membrana peritoneal, al fluido de diálisis. La solución se cambia periódicamente en un proceso que recibe el nombre de «intercambio». Existen dos tipos de diálisis peritoneal: continua ambulatoria (realizada manualmente durante el día) y automatizada (realizada con ayuda de una máquina durante las horas de sueño). Los médicos informan a los pacientes de las distintas modalidades de diálisis que existen y aconsejan a los candidatos (aquellos que no tengan complicaciones médicas) a que realicen la diálisis en casa con una recomendación: es importante hacer los intercambios en un área limpia y libre de corrientes de aire, ya que existe un riesgo de que los pacientes sufran una media de una infección por peritonitis al año.

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