| Reportaje | Otra modalidad de donación |
Te doy mi cuerpo
Cuatro leoneses han donado su cuerpo a la ciencia en lo que va de año. La Facultad de Salamanca tiene 264 solicitudes de personas cuyos cadáveres se usarán para la docencia
Laín Entralgo decía: «Yo soy mi cuerpo». Quizás sea esa la razón por la que muchas personas deciden entregarse enteros y colaborar para terminar con el sufrimiento de los demás. Donan su cadáver para la investigación y la docencia. Ningún texto o modelo puede sustituir al cuerpo humano en el estudio de la medicina. Los cuerpos donados son indispensables para la enseñanza de la anatomía para el futuro médico y los profesionales de la salud. Tal grado de altruismo está aumentando. En tan sólo cuatro meses, la unidad de Trasplantes de León ha tramitado cuatro solicitudes a la Facultad de Medicina de Salamanca, pese a que el cauce reglamentario es que el donante se dirija directamente al departamento de anatomía de la universidad charra. «Los cuerpos se ofrecen para uso de la docencia», asegura Carlos Fernández Renedo, coordinador de la unidad de trasplantes de León, «este año ya hemos tramitado cuatro solicitudes de leoneses que donan su cuerpo, y en todo el año pasado hubo otros tantos». Pero las cifras pueden ser superiores. El departamento de Anatomía de la Universidad de Salamanca tiene 264 impresos de personas de la comunidad que han decidido no donar un órgano, sino todos a la vez para que experimenten los futuros cirujanos. Damián Suárez, técnico de Anatomía y Anatopráxia de la Facultad de Medicina de Salamanca, asegura que la mayoría de los cadáveres donados se utilizan para docencia y en pocas ocasiones para investigación, salvo el cerebro. «Los estudiantes tienen que hacer disecciones, practicar con cadáveres. Les enseñamos dónde están y cómo distinguir arterias, venas y nervios». Las prácticas Los estudiantes de Salamanca practican actualmente sobre 15 cadáveres. «Conviene tener en cuenta que hay dos cursos de medicina con 150 alumnos cada uno y con un solo cadáver para cada curso no es suficiente», afirma este especialista que además recuerda que muchos cirujanos acuden a esta facultad para experimentar en los cuerpos intervenciones complicadas que luego tienen que realizar sobre personas enfermas en la mesa de operaciones. «Utilizan el cadáver antes de abordar a los pacientes». Una vez que la persona donante fallece, es la funeraria o la propia familia la que, tras comprobar que tiene el carné de donante, llama a la Facultad de Medicina para que se haga cargo de los gastos del traslado. «Cuando los cadáveres llegan pasan a ser anónimos», dice el especialista. El proceso La donación de cuerpo es un acto voluntario que podría considerarse una alternativa más después del fallecimiento, como lo son actualmente el ser incinerado o enterrado. Los estudiantes pueden estar experimentando sobre un mismo cuerpo alrededor de dos años. Después, la universidad se hace cargo del entierro de los restos. «Hay dos maneras de conservar los cadáveres. La mayoría son embalsamados, los que utilizamos para docencia, pero dejamos algunos congelados, que son más adecuados para investigación, por si alguna vez se necesitan». Si ha decidido donar su cuerpo a la universidad para estudio científico, simplemente es necesario completar un formulario que le será remitido por correo electrónico o por carta por la Facultad de Medicina que haya elegido. El acta de donación es un documento que expresa su voluntad de destinar su cuerpo a la docencia y la investigación médica en el Departamento de Anatomía. El documento debe ser firmado al mismo tiempo por dos testigos, que serán los encargados de hacer cumplir su voluntad una vez que haya fallecido.