La «magenstrasse» es una vía por la que el contenido de este órgano se vacía con más rapidez
La «autopista» del estómago asimila los medicamentos en diez minutos
Investigadores de EE.UU. y Suecia descubren una nueva vía de absorción de los alimentos
Una de las aplicaciones del descubrimiento es facilitar la absorción rápida de los medicamentos
La entrada de un fármaco en la «autopista» del estómago, una especie de vía por la que el contenido de este órgano se vacía con mayor rapidez, puede hacer que sus efectos se produzcan a los 10 minutos frente a las dos o tres horas que se requieren si 'aterriza' en otras regiones gástricas. Así lo manifestaron ayer James Brasseur, de la Universidad de Pensilvania (EE.UU.), y Bertil Abrahamsson, del centro de investigación de AstraZéneca en Lund (Suecia), dos de los descubridores de la existencia de la autopista del estómago o magenstrasse . El hallazgo, publicado en el último número de la revista Journal of Biomechanics, se obtuvo mediante el desarrollo de un modelo informático de estómago virtual y contradice la idea que se tenía sobre la manera en que el contenido de alimentos del estómago se vacía en el duodeno. Según explicó Brasseur, el experimento virtual demostró que las contracciones de la parte inferior del estómago (antro) provocan que no se vacíe primero el contenido más cercano al píloro (la salida del estómago al intestino delgado), sino que se forma una especie de autopista que arrastra el contenido desde las partes más altas del estómago. Los investigadores descubrieron así que los alimentos que entran en esta vía llegan al intestino, donde se absorben y pasan al flujo sanguíneo, en 10 minutos, mientras el resto del contenido del estómago puede que tarde dos o tres horas en llegar al duodeno. Abrahamsson señaló que ahora se trata de diseñar nuevas fórmulas de presentación de fármacos para que puedan alcanzar la autopista en caso de que interese una absorción rápida y en concentraciones elevadas de dicho medicamento. Si, por el contrario, se pretende que el medicamento sea absorbido en el duodeno mucho más tarde y en bajas concentraciones se podría evitar que entrara en esa vía. En este sentido, Brasseur señaló que una de las respuestas podría estar en la creación de fármacos más o menos densos cuya caída al estómago fuera diferente. Ambos investigadores subrayaron que cualquier incidencia que afecte a las ondas del antro, como un balón intragástrico o una reducción de estómago, puede modificar o incluso eliminar la existencia de la magenstrasse .