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Con rostro humano

Un convenio con Caja Madrid permitirá la formación de auxiliares de tutela, una figura de referencia para las personas que están bajo paraguas jurídico de Feclem

León

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Cuidar de la persona y de los bienes de los incapacitados mentalmente es la finalidad de la fundación Feclem. Para llevar a cabo estos fines cuenta con profesionales, especialmente del ámbito jurídico y trabajo social. Pero para realizar una atención personalizada de cada individuo tutelado la fundación quiere poner en marcha un programa de auxiliares de tutelares, para que ha conseguido el apoyo de la Obra Social de Caja Madrid. Mediante un convenio suscrito recientemente, la entidad social se ha comprometido a aportar 15.500 euros al programa de auxiliares de tutela. La fundación señala que a lo largo de sus seis años de vida «nos hemos dado cuenta de la gran dificultad que tienen las personas con enfermedad mental crónica para atender de forma autónom sus necesidades de alojamiento o acceder y mantenerse en una vivienda digna». La fundación no quiere limitarse a ser un mero gestor de los intereses patrimoniales de las personas tuteladas. Quiere poner un rostro humano a su labor, que es lo que aportan tanto los voluntarios como los futuros auxiliares de tutela. Respecto a las personas que residen en centros especializados, la fundación indica que es necesario «cubrir las carencias propias de la institucionalización». Auxiliares y referentes de tutela realizan visitas periódicas a los enfermos internados, están al tanto de sus necesidades de ropa, productos de aseo y personales. Les felicitan y acompañan por su cumpleaños y en fechas señaladas y son los interlocutores entre el paciente y la fundación. En el caso de aquellos que no tienen acceso a centros residenciales o que bajo tratamiento y supervisión puedan vivir en sus domicilios, la labor es aún más ardua: «Nos hemos encontrado con falta de apoyo familiar, familias desestructuradas, aislamiento social, hábitos de vagabundeo o mendicidad, dificultades en la administración económica o problemas para seguir el tratamiento farmacológico». Los auxiliares de tutela se convierten, en cierta medida, en una familia alternativa para las personas tuteladas. «Son la figura más cercana de referencia a las personas tuteladas desde nuestra entidad», subraya Ignacio García. Su labor asistencial se desarrolla en base a planes individualizados propios de la figura del tutor. Trabajan en equipo y buscan alternativas a la situación problemática de cada persona, de modo que redunden en una mejora de su calidad de vida.