«La sociedad fomenta el grito»

José María Barroso es el único médico foniatra que hay en León. Las estadísticas dicen que alrededor de quinientos pacientes pasan por las consultas del foniatra cada año. La sanidad pública de León no tiene ningún especialista. Barroso organizó el XIV Congreso Nacional que reunió la semana pasada en León a un centenar de especialistas -¿El congreso fue positivo ? -El nivel de los ponentes fue bastante bueno. El número de trabajos que se expusieron fue muy elevado. Las ponencias sobre técnicas quirúrgicas también fueron muy interesantes. -¿Cuáles son los últimos avances? -Se han expuesto las técnicas quirúrgicas que mejor funcionan y cuáles son las que se están desechando, las nuevas prótesis fonatorias para que el enfermo pueda hablar antes. Los aspectos psicológicos del paciente laringectomizados suscitaron mucho debate. -¿Cuáles son los problemas psicológicos que padece un paciente laringectomizado? -Un paciente operado de cáncer de laringe tiene un alto grado de ansiedad y depresión y hay un riesgo muy elevado de suicidio. Hemos tenido casos en León de pacientes que se han suicidado. Cuando entran en el quirófano nunca se imaginan que saldrán sin olfato, sin gusto y respirando fatal. Hay muchos pacientes que aunque estén debidamente informados, la familia les oculta el verdadero alcance de la operación y minimizan los efectos. -¿Cuál sería la mejor actitud de la familia? -En el congreso se ha discutido sobre ese tema. Creo que el paciente debería tener una evaluación previa y posterior a la operación por parte del psicólogo, tanto para el paciente como para la familia, que tiene un papel importante en la mejora y la rehabilitación del enfermo. Si el enfermo se encuentra apoyado, no discriminado y le ayudan a afrontar el día a día, sale mucho mejor para adelante. -¿En algún caso puede no estar aconsejada la operación? -Eso no se puede saber. Al ser el foniatra de la Asociación de Laringectomizados de León he visto muchos pacientes. El cáncer de laringe se da en grandes fumadores y grandes bebedores, que por culpa del alcohol tienen cierta demencia, pero tienen que estar correctamente tratados. -¿Cuál es la diferencia entre el foniatra y el logopeda? -Hay cierta complementariedad. Un foniatra es un médico que se especializa en esta materia. Un logopeda, a día de hoy, es una diplomatura. El médico foniatra hace el trabajo de diagnóstico y orientación terapéutica y el logopeda sigue las indicaciones que le da el médico foniatra. Hay valoraciones que hace el logopeda que son más lingüística que las nuestras, que son más médicas. Con las dos evaluaciones se pautan las orientaciones terapéuticas adecuadas. -¿Y entre el otorrino y el foniatra? -El otorrino se forma en garganta, nariz y oídos, pero se dedica sobre todo a la cirugía, además de tratar la enfermedad. Nosotros somos más rehabilitadores, educar para corregir lo que el paciente hace mal. A mi consulta llegan cantantes, con ellos sí trabajo para reeducar, pero no porque tengan un problema orgánico. Una persona con problemas en el habla como consecuencia de una trombosis cerebral necesita rehabilitación. Cuando existen nódulos en la garganta valoramos todo el comportamiento vocal en el que tenemos en cuenta la respiración, la intensidad del habla, el ritmo conversacional, el timbre de la voz... A nosotros nos interesa restablecer las funciones en su sitio para que esos nódulos desaparezcan. -¿Con sólo oírme hablar sabe qué fallos estoy cometiendo? -Exacto. Cuando veo un paciente, antes de reconocerlo, me fijo como abre la boca, con qué intensidad habla, si aprieta mucho el cuello, si la respiración es alta o baja. -¿A todo se aprende? -Claro -¿Puede dar recomendaciones generales para cuidar la voz? -La primera y fundamentalísima es no fumar. En segundo lugar, evitar los sitios con humo, que es un irritante grande, evitar los lugares donde hay polvo y vapores tóxicos. Es importante evitar ambientes ruidosos porque obligan a hablar a una intensidad elevada. En las casas hay que evitar llamarse de una habitación a otra. La voz no corre, pero las piernas sí. No hay que vocear de una habitación a otra. Estamos fomentando el grito y educando en el grito. Un niño aprende todo por imitación. No sólo se aprenden los sonidos del lenguaje, se aprende también el ritmo, la intensidad y muchas otras cosas que hacemos mal.