Diario de León

Un dos por ciento de la población sufre trastorno de personalidad

«Hay personas con TLP a las que vivir les cuesta la vida»

Aclai-TP da voz a las personas afectadas en las próximas jornadas divulgativas

León

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María intenta rehacer su vida a los 27 años. Sufre, como el dos por ciento de la población, trastorno límite de personalidad (TLP). Sólo que ella está diagnosticada y vive con un tratamiento farmacológico y ayuda psicológica después de enfrentarse varias veces a las malas pasadas de la enfermedad: la depresión y los altibajos emocionales, primero, e intentos de suicidio. Las conductas autodestructivas son una de las características de este trastorno que lleva a las personas afectadas a inestabilidad afectiva, las aboca a relaciones interpersonales inestables e intensas, muchas veces caóticas. El TLP hace a las personas que lo sufren hipersensibles a todas las circunstancias ambientales, lo que las lleva experimentar intensos temores a ser abandonadas y a tener sentimientos crónicos de vacío, soledad y aburrimiento. Su predisposición a actuar de manera impulsiva, sin tener en cuenta las consecuencias, las convierte en víctimas del abuso de sustancias, conducción temeraria, compras compulsivas, alteraciones en la alimentación... Ella puede contarlo, pero «hay personas con TLP a las que vivir les cuesta la vida». «Todo humano sufre por algo, pero el sufrimiento se puede multiplicar si uno no se puede dominar. Eso es lo que somos: indomables», describe María al hablar de la parte oscura de su personalidad. Pero en la otra cara están la capacidad creativa y el «inmenso amor» que sienten la mayoría de las personas como María. «Somos ositos de peluche esperando que alguien nos venga a abrazar y a cuidar, porque por encima de todo sabemos que esto tenemos es para siempre». Los medicamentos, al fin y al cabo, agrega María, «sólo atenúan los síntomas, pero no llegará el momento en que desaparezca de nosotros». Elena, otra afectada, que se niega a seguir un tratamiento farmacológico, explica el dolor físico que se producen las personas con trastorno límite de personalidad como «una forma de olvidarse del dolor psíquico: es una tranquilidad, porque te centras en ese dolor y te calma la mente», agrega. La joven, que desempeña un trabajo en un ambiente normalizado, no cuenta con ayuda familiar para afrontar el trastorno, aunque ahora cree que está «empezando a afrontar el problema después de muchos años Las segundas jornadas sobre trastorno límite de personalidad, que se celebran en León los días 29 y 29 de noviembre dan voz a las personas afectadas por TLP, a las profesiones que las tratan y también a las familias. La asociación, que preside Ignacia García, ofrece terapias grupales para personas afectadas y familiares en los casos en que ya existe un diagnóstico. Aclai-TP tiene su sede en el CHF, en un local cedido por el Ayuntamiento de León contiguo al albergue de peregrinos. Las jornadas están financiadas con una ayuda de la Secretaría de Estado de Servicios Sociales, Familias y Discapacidad, que dirige la leonesa Amparo Valcarce. El convenio suscrito recientemente con el Gobierno servirá también para dar cobertura a las diferentes actividades que ofrece la asociación.

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