Diario de León

Entrevista

«La disfagia altera la calidad de vida pero está infravalorada»

María Ballesteros, endocrinóloga del Hospital de León.

María Ballesteros, endocrinóloga del Hospital de León.

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La disfagia en sí no es una enfermedad, sino «un síntoma de diferentes enfermedades, que a menudo es infravalorado, a pesar de que altera la calidad de vida y puede tener repercusiones graves sobre la salud de quien lo padece», señala la endocrinóloga y nutricionista del Hospital de León, María Ballesteros.

El servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital de León impulsa una consulta específica para diagnosticar y tratar la disfagia que en ocasiones se confunde con falta de apetito, sobre todo cuando los pacientes no pueden expresarse bien como es el caso de quienes padecen enfermedades neurológicas.

España es uno de los países del entorno europeo donde hay un diagnóstico más bajo de disfagia, especialmente entre personas mayores que viven en residencias: en una encuesta el 73% mostró problemas de deglución y no estaban diagnosticadas.

-”¿Es complicado diagnosticar la disfagia?

-”La dificultad en el diagnóstico viene dada porque es necesario sospecharla por los síntomas asociados: Tos o expresiones faciales de malestar durante las comidas, babeo frecuente, retención de la comida en la boca, necesidad de varios intentos para traga, rechazo a líquidos u otros alimentos, regurgitación nasal (expulsión de alimentos por la nariz), pérdida de apetito y/o peso, deshidratación, fiebre sin causa aparente, bronquitis y neumonías de repetición. Una vez sospechada, existen pruebas específicas que nos ayudan a confirmar el diagnóstico, tanto clínicas como radiológicas o endoscópicas, y a determinar sus causas. Además es imprescindible valorar las posibles complicaciones de la disfagia: desnutrición, deshidratación y broncoaspiración.

-”¿Cómo se trata?

-”Si la enfermedad de base no se puede corregir, como en el caso de las enfermedades neurodegenerativas, es necesario un abordaje multidisciplinar de la disfagia. El papel del especialista en Endocrinología y Nutrición es fundamental para evitar las complicaciones de la disfagia para realizar las modificaciones dietéticas necesarias para paliar los síntomas y, en caso necesario, plantear el soporte nutrícional más adecuado.

-”¿Cuándo no es posible tratarla, qué hay que hacer?

-”En el caso de la disfagia orofaringea, para reducir el riesgo de aspiración y atragantamiento, el tratamiento implica la modificación de la textura de alimentos y bebidas. Los líquidos deben espesarse y los alimentos sólidos deben triturarse o ablandarse. Aunque podría pensarse que el agua y otros líquidos resultan más fáciles de deglutir, son, al contrario, un reto, ya que pueden fluir libremente hasta las vías respiratorias, por lo que modificar la textura de los líquidos es especialmente importante para asegurarse de que los pacientes con disfagia estén adecuadamente hidratados y puedan al mismo tiempo ingerirlos sin peligro. Se pueden espesar fácilmente alimentos y bebidas con el uso de agentes espesantes apropiados, disponibles en farmacias y que permiten alcanzar la consistencia adecuada para cada paciente. Cuando la alimentación tradicional no se puede adaptar suficientemente para las necesidades del paciente con disfagia, pueden emplearse alimentos comerciales conocidos como alimentación básica adaptada o alimentación de textura modificada que facilita esta tarea. En algunos casos, la disfagia es tan importante que hace imposible que la alimentación por vía oral pueda considerarse segura y eficaz para el paciente, y entonces debe optarse por una nutrición artificial por una sonda.

-”¿Qué habilidades deben tener quienes cuidan a estas personas para alimentarlas adecuadamente?

-”Hay que asegurar una elaboración correcta de los platos y cuidar el entorno para favorecer la deglución: ambiente calmado, sin ruidos y ventilado, evitar distracciones, adaptar la mesa /bandeja para comer cómodamente... La persona ha de estar bien despierta, incorporada, dándole de comer desde abajo para que flexione la cabeza. Se debe administrar cantidades pequeñas (cucharilla de postre) ya que a mayor volumen hay más facilidad para aspirar y no dar nunca una segunda cucharda si no se ha tragado la anterior. Los sabores fuertes (salados, agrios, picantes) o ácidos y los alimentos fríos o calientes estimulan la deglución. Algunas maniobras posturales pueden facilitar la deglución en algunas enfermedades, y los pacientes y sus familiares pueden aprenderlas.

-”¿Es un síntoma de que la vida se agota?

-”No, es un síntoma que altera la calidad de vida y puede tener repercusiones graves sobre la salud como la desnutrición, la deshidratación o la broncoaspiración, que pueden resultar en la muerte del enfermo si no se previenen.

-”¿Cómo se atiende este problema en el Hospital de León? ¿Se podrá crear una unidad específica?

-”Existen muy pocas unidades específicas en España. El primer requisito es la motivación de los profesionales implicados, y desde la sección de Endocrinología y Nutrición lo estamos, y sí tenemos entre nuestros planes de futuro iniciar una consulta específica de disfagia. Actualmente ya se está realizando la atención al paciente con disfagia tanto durante la hospitalización como en las consultas de Nutrición por los endocrinólogos y las enfermeras de la sección. El siguiente paso será mejorar la coordinación con el resto de profesionales que deben estar implicados en esta unidad como dietistas, logopedas, otorrinos, radiólogos, neurólogos, digestólogos.

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