Diario de León

Reportaje | ana salamanca

Cuidado con el agua

Un total de 33 personas murieron en la provincia de León por ahogamiento y sofocación de las 2.596 muertes registradas en España por esta causa

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Más de dos mil personas mueren ahogadas cada año y son muchas más las que sufren lesiones cuando disfrutan del agua. La afluencia masiva a playas y pantanos, el aumento de piscinas privadas, el auge de los deportes acuáticos y el consumo de alcohol van asociados a estos sucesos en verano.

En la provincia de León un total de 33 personas perdieron la vida durante el año 2007 por ahogamiento, sumersión y sofocación, según los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística en el estudio sobre las Defunciones según la causa de muerte. De ellas veinte eran varones y trece mujeres, según se desprende de la estadística de Sanidad.

Y eso que en León sólo hay playas fluviales. Por cierto todas aptas para el baño (pantano de Riaño, Lago de Carucedo y las playas fluviales del río Órbigo en Llamas de la Ribera y Cimanes del Tejar).

Las actitudes inadecuadas de los bañistas son el principal riesgo del verano en las aguas. «Estos siniestros se suponen accidentales, pero la mayor parte de las veces podían haberse evitado con medidas sencillas», asegura a Efe Rosa Ramírez, subdirectora de Promoción de la Salud y Epidemiología de Sanidad.

Los ahogamientos son la segunda causa de muerte accidental en niños y adolescentes, recuerda la subdirectora de Promoción de la Salud. Y el principal colectivo al que apuntan las campañas para fomentar conductas positivas.

El Ministerio de Sanidad ha traducido al español la Guía para la Protección de los Niños y los Jóvenes en las Actividades Acuáticas Recreativas, elaborada por la Alianza Europea para la Seguridad Infantil, y que este mes están recibiendo hoteles y proveedores de ocio, responsables de la seguridad en los servicios que ofertan.

En esta guía, disponible en la web del Ministerio de Sanidad (www.msc.es), se informa de los peligros y las recomendaciones en prácticas frecuentes: motos de agua, buceo, submarinismo, veleros, windsurf, kitesurf, esquí acuático y arrastre en hinchables, y en piscinas y toboganes de agua, entre otros.

Al tiempo, ha editado un «Decálogo del nadador», con consejos básicos como nadar en zonas vigiladas, no hacerlo de noche, respetar las banderas en las playas -”roja (peligro), amarilla (precaución) y verde (baño libre)-”, vallar las piscinas, usar chalecos salvavidas, asegurarse de la profundidad y de si hay rocas bajo el agua antes de tirarse de cabeza.

Esta última práctica, según estudios europeos, causa más del 70% de las lesiones medulares relacionadas con actividades deportivas y recreativas, y se producen con más frecuencia en piscinas privadas, y en chicos de 11 a 15 años.

La siniestralidad en el agua sube ligeramente cada año. «No somos conscientes de los riesgos reales», declara a Efe María Seguí, directora del Centro de Investigación Europeo para la Prevención de Lesiones de la Universidad de Navarra.

Víctimas infantiles. «Lo constatan las 2.596 muertes por ahogamiento por sumersión y sofocación contabilizadas por el Instituto Nacional de Estadística en el año 2007», añade. Una mínima parte no se produjeron en el agua o no fueron accidentales. Más de un centenar de víctimas eran niños.

Los fallecidos, indica, son el dato visible del problema. No constan las lesiones o discapacidades, ni las intervenciones. Cruz Roja lleva su propia estadística. Hasta el 19 de junio, sus equipos habían rescatado a 222 personas en riesgo inminente de ahogamiento y auxiliado a los ocupantes de 174 embarcaciones y flotadores colectivos -”neumáticos y plátanos-”. Además, realizó 4.637 asistencias sanitarias por picaduras de medusas o heridas.

Aproximadamente un 15% de los auxiliados son niños. «El agua no es nuestro medio habitual, y para los pequeñitos es una situación de riesgo potencial muy elevado si no tienen atención permanente de un adulto», subraya.

Las tasa de mortalidad se mantiene en niveles medios en relación con otros países europeos, destaca María Seguí, pero «hay un número alto de extranjeros que están de vacaciones que mueren por como consecuencia de ahogamientos».

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